La solidaridad de los extremeños y la profesionalidad de los sanitarios mantiene a Extremadura entre las regiones con mejores tasas de donantes de órganos y trasplantes. La comunidad cerró 2016 con un total de 45 donantes de órganos, lo que supone una tasa de casi 42 donantes por millón de habitantes, por encima del objetivo de los 40 donantes fijado por la Organización Nacional de Trasplantes para 2020.

De esas 45 donaciones 35 se realizaron tras fallecimientos por muerte cerebral y otros diez en asistolia o en parada cardiorespiratoria. Son en total cinco menos que en 2015 -que fue un año «espectacular»-, pero siete más que los registrados un año antes. «Los datos demuestran que la situación es estable dentro de unos datos generales muy buenos», valora Luis López, el coordinador regional de Trasplantes. López participó ayer en la presentación del balance de 2016 junto al consejero de Sanidad, José María Vergeles, y el gerente del SES, Ceciliano Franco. «Los datos son buenos y nos vuelven a situar como una de las primeras comunidades», dijo el consejero, que animó a realizar testamento vital para quitar ese peso a las familias.

España es el líder mundial en la tasa de donación de órganos, «es el país del mundo donde una persona tiene más posibilidades de ser trasplantada y Extremadura se mantiene por encima de los 40 donantes por millón de habitantes, la tasa más importante del mundo». Países como EEUU o Alemania están sobre 25 donantes.

La cifra de trasplantes también se mantiene en esos buenos niveles de años anteriores. El año pasado en Extremadura se realizaron 80 operaciones: 51 trasplantes de riñón y 29 de hígado. En 2015 hubo 83 operaciones (53 renales y 30 hepáticos) que supusieron el récord de la región. También se extrajeron 88 córneas y se implantaron 66.

Además, el año pasado bajó la negativa de los familiares a la donación de los órganos de un fallecido. La tasa se sitúa en el 13,4% frente al 16% de media nacional. Detrás de estos datos está la solidaridad de la población extremeña pero también la labor de los profesionales sanitarios que «estamos cada vez más preparados para afrontar situaciones críticas y para informar adecuadamente a los familiares para que puedan donar», explica López.

Durante el año pasado cerca de 600 sanitarios recibieron una formación específica que el coordinador considera necesaria. Esta formación se engloba dentro de la nueva red extremeña que empezó a funcionar el año pasado y que incluye coordinadores de trasplantes en todos los hospitales de la región que cuentan con unidad de críticos. «Hemos puesto en marcha un nuevo sistema que esperamos que vaya dando frutos a largo plazo».

A pesar de los buenos datos que Extremadura viene arrastrando cada año, siguen siendo necesarios más donantes y trasplantes. Actualmente hay en lista de espera para recibir un nuevo riñón 148 personas (hay 644 extremeños en diálisis), hay cinco esperando un hígado y unas 50 a la espera de córneas. «Las indicaciones de trasplantes cada vez son mayores y a una edad superior, eso hace que aunque tengamos niveles de donación muy altos, haya lista de espera y nuestra misión es que con el tiempo se vaya minimizando».

Pero no es el único reto que tiene por delante la coordinadora regional de trasplantes. Además de conseguir que los nuevos coordinadores de hospitales como Villanueva-Don Benito o Plasencia, entre otros, sean nombrados oficialmente, López se marca como objetivo para 2017 aumentar la donación en asistolia en el Infanta Cristina de Badajoz. Durante 2016 realizó su primera donación en parada cardiorespiratoria. «Era un reto pero tenemos que conseguir que la donación en asistolia sea cada vez más importante en Badajoz». En España esta modalidad representa el 25% del total de las donaciones.

En este nuevo año también será relevante la apertura del biobanco de tumores y tejidos, «que hará más eficaz la donación y el trasplante de tejidos», y los avances para poner en marcha el trasplante renal en vivo, que aún tardará. Según López, a corto plazo «lo que más nos preocupa es conseguir normalizar el sistema de donación y trasplantes, que tiene una forma de organizarse y trabajar basado en un modelo de 1990. Tenemos que adaptarlo a la realidad de hoy, donde hay muchas más donaciones y trasplantes y una presión asistencial muy grande e intentar cambiar el modelo organizativo para que sea más ágil».

En general, López destaca la «espectacular» respuesta de la sociedad extremeña a la donación tanto de órganos, como de sangre y tejidos. «Las cifras son muy buenas pero para nosotros es fundamental la satisfacción de la gente que dona; es muy gratificante que en una situación de una muerte inesperada la familia se quede con cierta satisfacción de pensar que la muerte no ha sido inútil», concluye López.