No hay una causa clara ni se puede achacar únicamente al impacto del covid-19, pero las cifras de pensionistas han registrado en el primer semestre de año el retroceso más acusado desde que se registran los datos, tanto por el volumen como por la duración de esa caída. En el primer semestre del año Extremadura ha perdido 932 perceptores de una pensión, con un impacto especialmente acusado entre abril y mayo, cuando más se distancian las cifras de altas que se registran en el sistema y la de bajas. En todos los casos se ha roto la tendencia que mantenía la serie. Por un lado, el volumen total de perceptores ha retrocedido de forma notable, algo que no se había producido en más de 15 años de registros; y por otro se han alterado la proporción de altas y de bajas: al contrario de lo que se había producido hasta ahora, las altas retrocedieron y lo hicieron de forma acusada con una caída del 11% en los seis primeros meses del año; mientras que en las bajas se produjo un fuerte incremento en el mismo periodo (+9%), al contrario de lo que marcaban hasta hora los datos recabados por la Seguridad Social.

En el mes de enero había 215.343 perceptores de una prestación contributiva y la cifra se contrajo hasta el pasado mes de junio hasta 214.411 (-9,9%). La caída más acusada se produjo entre los meses de marzo y mayo, coincidiendo con los meses en los que más muertes se registraron por la enfermedad (se registraron 723 nóminas menos en esos tres meses). Eso lleva a pensar a los expertos que esta es una de las causas que han impactado directamente en la ruptura de la serie. Pero entienden también que no es la única. y que han contribuido también cuestiones operativas que se han ido regularizando después. De hecho, en los meses de julio y agosto se ha producido un nuevo repunte de perceptores, en línea con los datos de otros años, aunque en un volumen que deja la cifra aún en niveles de octubre del 2019.

Retraso en las altas

«Es cierto que los meses en los que más se nota el descenso de perceptores de pensiones coinciden con los que han registrado una mortalidad mayor. Eso nos lleva a pensar la mortalidad y el covid es al menos una de las causas», indica Inmaculada Domínguez, profesora del departamento de Economía Financiera de la Uex y experta en pensiones.

La otra causa que señala es un colapso en el sistema derivado también de la pandemia y la paralización de servicios, «que han motivado que las altas de jubilación no se hayan tramitado durante varios meses», apunta. De hecho, los datos de los meses de julio y agosto registran un importante repunte. Lo normal, según apunta la experta es que una vez que el impacto de la enfermedad se reduzca, la estadística vaya volviendo a la tendencia que mantenía hasta ahora: incremento sostenido de la cifra de pensionistas mes a mes (salvo algún retroceso puntual) y un cierto equilibrio entre las bajas y las altas que se registran.

La situación que se produce en el caso de la estadística de pensiones guarda relación también para la experta en pensiones con la modificación que se ha producido en la estadística de supervivencia que publicaba esta semana el Instituto Nacional de Estadística INE. Los datos reflejan una disminución coyuntural de la esperanza de vida al nacimiento en 2020, que se estima que bajará en 0,9 años para los hombres y en 0,8 años para las mujeres. En ambos casos se prevé que se recuperará en 2021, una vez que se vaya superando la situación excepcional provocada por el covid.

Viudedad

Atendiendo al tipo de prestación, el descenso más acusado se produce en el caso de las pensiones de viudedad, a la que corresponden más de la mitad de las nóminas que se perdieron en el primer semestre del año (-595). La tendencia además no se ha recuperado plenamente en los meses de julio y agosto, aunque se produjo un incremento en este tipo de prestaciones en esos meses. También cayeron en el caso de las pensiones de jubilación, aquí de forma más acusada en el mes de mayo (-291 respecto al mes anterior). Igualmente se produjeron retrocesos en las pensiones de incapacidad permanente y, en menor medida, en las destinadas a huérfanos o las que se otorgan a favor de un familiar.

Descenso del gasto por primera vez

La abrupta caída en la cifra de pensionistas tuvo un impacto lógico y directo en el gasto en prestaciones, que se redujo también en el primer semestre del año. De hecho se mantuvo ascendente hasta el mes de abril, cuando se produjo la ruptura de la tendencia de los últimos 15 años, con un descenso en el gasto en prestaciones de 36.000 euros en la región. La caída se mantuvo también en el mes de junio (ahí se tocó el suelo con un cómputo mensual de 192.580 millones) y comenzó a recuperarse después en los dos meses siguientes. El pasado mes de agosto el gasto en pensiones se elevó a 193.291 millones en Extremadura. La pensión media se sitúa en 843,52 euros.