Se dice que cuando se logra un puesto en la Administración es para toda la vida, pero no es siempre así. Las estadísticas difundidas a finales de diciembre por el Ministerio de Hacienda muestran que en los últimos seis años Extremadura ha perdido más de 5.300 empleados públicos entre todas las administraciones.

Los datos revelan que en el 2009 en la región había 93.993 personas que desempeñaban su trabajo en alguna administración pública, ya sea estatal, regional o local, pero en el 2015 la cifra se rebajó hasta los 88.667 empleados (con datos de julio). El volumen de trabajadores ha caído más de un 5% en apenas seis años, según el último Boletín Es- tadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas. La tendencia se repite en todas las co- munidades y en el conjunto del país se han perdido más de 115.000 empleados, el 4,3%.

La razón no es difícil de imaginar en plena crisis económica, que ha obligado a las administraciones a ajustarse el cinturón ni renovando a muchos de sus interinos ni cubrien- do las plazas disponibles e incluso despidiendo a personal laboral. “Evidentemente el descenso se debe a la falta de ofertas de empleo público en estos últimos años y a la tasa de reposición impuesta en las ofertas existentes que ha permitido cubrir apenas el 10% -el 50% el año pasado y el 100% en 2016- de las plazas va- cantes por jubilaciones pero no de las plazas reales. Lo que han estado haciendo las administración así es un ERE encubierto que venimos de- nunciando desde hace tiempo”, pre- cisa Benito Román, presidente de CSIF Extremadura, el principal sin- dicato de la función pública.

Además, denuncia que muchos de estos empleados perdidos perte- necían a sectores fundamentales y básicos para la sociedad como son sanidad, educación y servicios so- ciales. El sindicato calcula que en los últimos años se han recortado más de 2.500 empleos entre estos tres ámbitos. “En estos sectores públicos las ofertas de empleo ni por asomo cubren las plazas reales y no será hasta este año cuando se alcance una tasa de reposición del 100%, que sí cubra todos los puestos que se queden vacantes, algo que no ha pasado en lo últimos años y que ha provocado que hayamos estado perdiendo empleo público de forma paulatina y en sectores muy sensibles para la so- ciedad”. Por ello, Román exige que en las ofertas de empleo desaparez- ca la tasa de reposición y se cubran las plazas reales que se necesitan.

DESPIDOS / Las estadísticas señalan que las administraciones locales han sido las que más han mermado su volumen de personal en los últi- mos seis años. Entre 2009 y 2015 han perdido casi 2.300 trabajadores, pasando de los 29.129 empleados contabilizados en julio del 2009 a los 26.844 a fecha de julio de 2015. “La reforma laboral posibilita el despido del personal laboral de las administraciones y hay ayuntamien- tos que los han llevado a cabo”. Tras la administración local, la regional ha sufrido el segundo mayor recorte estos años en los que se ha dejado por el camino a 1.800 de los emplea- dos que tenía en el 2009. La Junta ha pasado de 47.648 empleados públicos entonces a los 45.786 con los que cerró el año pasado.

Por último, está la administración pública estatal, que cuenta en Extremadura con 13.020 trabajado- res frente a los 14.266 con los que contaba en el 2009, 1.200 personas menos. Con este panorama, Román quiere poner en valor la dedicación de este personal que “con menos ha tratado de mantener el mismo nivel de atención y profesionalidad”.

Según las estadísticas, la universidad es la única del conjunto de ad- ministraciones que ha logrado mantener en Extremadura su personal pese a la merma de recursos en los últimos años y a la ausencia de ofertas de empleo. El boletín señala que la Uex ha pasado de 2.950 empleados en 2009 a 3.017 en 2015, 67 más. Un dato que sorprende a CSIF, que advierte de la importancia de apoyar el empleo público en una región tan dispersa como ésta.