Extremadura ha vuelto a encender la mecha y se ha colocado de nuevo en el debate nacional. Y esta vez no por las averías del tren. La Asamblea aprobó en el pleno del pasado jueves una propuesta del PP que pedía, literalmente, la aplicación del artículo 155 de la Constitución de «manera firme» para frenar el desafío independentista catalán. La moción fue apoyada por Ciudadanos, y también por el PSOE. Solo Podemos votó en contra.

Curiosamente, mientras el Gobierno central y la Generalitat protagonizaban ese mismo jueves cierto acercamiento, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, se incluía en esta moción que ha provocado una oleada de críticas hacia la comunidad y que ha avivado la polémica.

No obstante, Fernández Vara quiso posteriormente aclarar su posición. Lo hizo a través de Twitter: «En la Asamblea se votaba algo sin matices, como es hoy la política en España, y la política territorial está llena de ellos. La posición del PSOE en Extremadura es muy clara. Aplicar el 155 si se dan las circunstancias, que en estos momentos no se dan. Porque si se hiciera sin razones los tribunales europeos podrían rechazarlo y sería muy grave».

Lo cierto es que los ánimos ya se habían caldeado. Uno de los primeros en pronunciarse fue alguien de su propio partido: «Me parece mal que se haya aprobado esta moción», aseguró el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Y subrayó que «el conjunto de los socialistas consideran que en estos momentos no se dan las condiciones para volver a aplicar el artículo 155 en Cataluña». «No me gustaría que el Parlament aprobase una moción que dijese a Extremadura qué debe hacer», apostilló este líder socialista.

Por su parte, el secretario de Transparencia y Democracia Participativa del PSOE, Odón Elorza, declaró: «A nivel estrictamente personal me parece incomprensible y censurable que el PSOE vote en Extremadura junto a PP y Cs para exigir un nuevo 155 en Cataluña. Es una declaración rancia de la derechona y de confrontación con el Gobierno».

El propio Ejecutivo central quiso explicar que llevar a cabo ahora esta medida sería «inconstitucional porque no se ha producido ninguna violación de la Carta Magna y representaría una clara usurpación del poder autonómico». Así lo afirmó la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá.

También apuntó: «Cuando Mariano Rajoy aplicó el 155 se había producido un quebranto de la Constitución que ahora no se da. El camino del diálogo se está abriendo paso progresivamente en Cataluña, y ese camino gana adeptos».

MÁS CRÍTICAS / Las críticas más duras vinieron por parte del Govern. Su portavoz, Elsa Artadi, aseguró que «este tipo de iniciativas apoyadas por el partido socialista van en la dirección contraria a un eventual apoyo a los presupuestos», en referencia a las cuentas generales del Estado, que el presidente Pedro Sánchez confía en sacar adelante. Asimismo, agregó: «Lo sucedido en la Asamblea de Extremadura es una representación de lo que pasa en el PSOE, que te encuentras con gente que quiere diálogo y gente dentro del partido y del Gobierno que va en contra».

El vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, también se manifestó y calificó de «muy lamentable» la aprobación de esta propuesta de aplicar el 155. Y retó a Fernández Vara a visitar la comunidad: «Si tanto les preocupa la situación, se darían cuenta del error. El gobierno de Extremadura sabe dónde estamos. Si conocieran Cataluña no hubieran apoyado la moción».

No quiso dejar pasar la oportunidad de opinar el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien subrayó que este hecho «refleja la división interna de los socialistas». Además, añadió: «Supongo que hay barones del PSOE que ante el fracaso electoral del partido en Andalucía tienen miedo de que les castiguen y quieren desmarcarse de la alianza de Pedro Sánchez con los nacionalistas».

También se sumó al carro de las críticas la exlíder UPyD, Rosa Díez, quien manifestó en Twitter: «El socialista Vara ha necesitado unas elecciones a la vuelta de la esquina y unos presupuestos humillantes para todo español que defienda la igualdad para cumplir con su obligación. Lástima».