El número de pacientes que han recibido nuevos tratamientos contra el virus de la hepatitis C en diferentes hospitales de la región ronda los 1.615 al finalizar el mes de julio de este año, según los datos facilitados por la dirección general de Asistencia Sanitaria del SES. Una cifra que, a día de hoy, es posible que se supere. Esto se hizo posible en 2014 gracias a la renovación del Plan Estratégico para el abordaje de esta enfermedad del Sistema Nacional de Salud que hizo llegar nuevos medicamentos para la cura del virus y dijo adiós a los anteriores que presentaban importantes efectos secundarios y tasas de curación mucho menores, según indica la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales de la región. También Sanidad señala que actualmente estos medicamentos son bien tolerados por los pacientes y el porcentaje de curación supera el 95% en Extremadura.

Inicialmente los medicamentos llegaron en 2014 y, según indicaba el plan, el tratamiento estaba destinado a aquellos pacientes que se encontraran en estadios más avanzados de la enfermedad. A mediados de 2017 esto cambió, el Plan Estratégico se actualizó y los nuevos fármacos se extendieron a todos los enfermos de hepatitis C, independientemente del estadio de su enfermedad. Desde entonces y hasta la fecha, casi 500 pacientes han sido tratados en la región, según asegura la subdirección de Gestión Farmacéutica de la Junta de Extremadura.

El total de localidades extremeñas que facilitan esta medicación son ocho. Por provincias, en Badajoz, los pacientes son tratados en hospitales de Don Benito, Llerena, Mérida y la capital pacense. En Cáceres, además del Hospital San Pedro de Alcántara, los centros que disponen de estos tratamientos se encuentran en Coria, Plasencia y Navalmoral. Entre las anteriores ciudades, la que más tratados recoge es Badajoz, y en general su provincia, con unos 946 pacientes. En Cáceres, a pesar de ser la segunda, son 308 tratados. El total de la provincia suma aproximadamente 666.

De las cifras anteriores, casi todos los pacientes han finalizado el nuevo tratamiento. De hecho, actualmente se encuentran alrededor de 120 pacientes intentando combatir esta enfermedad. Por lo que son cerca de 1.500 los que dan por finalizado el tratamiento.

En cuanto a los pacientes que no presentan carga viral al finalizar el tratamiento, rondan los 1.200. Después de doce semanas, los pacientes se someten a un análisis para determinar si se detecta o no el virus en sus organismos. Por lo que son casi novecientos los que pueden asegurar en la región que el virus es indetectable en sus cuerpos.

últimos antivirales / El tratamiento con estos nuevos antivirales directos hace posible que sea más eficiente la remisión del virus (atenuación o desaparición completa del mismo). Hoy en día, los medicamentos que empiezan a ser más utilizados y con mejores resultados, según indica la Subdirección de Gestión Farmacéutica, son Miravet o Epclusa, sus principio activos son Glecaprevir/Pibrentasvir y Sofosbuvir/Velpatasvir, respectivamente. Aunque, a 31 de julio de 2018, el principio activo que más pacientes ha tratado y trata es Sofosbuvir/Ledipasvir. Existe una gran variedad de antivirales, pero se pretende que cada vez sean más efectivos para acabar con esta enfermedad.

DIAGNÓSTICO EN UN SOLO PASO / El Complejo Hospitalario Universitario de Cáceres dispone desde abril del diagnóstico en un solo paso de hepatitis C, además son los únicos hospitales que pueden realizar este método en la región. Aún no se conocen datos sobre los pacientes que han sido diagnosticados de la enfermedad desde la instauración de este test pero es un diagnóstico que disminuye el tiempo de acceso al tratamiento.

Principalmente consiste en la investigación de la viremia en todos los pacientes de nuevo diagnóstico serológico. Una vez presentada la solicitud de una determinación del test de anticuerpos frente al VHC (Virus Hepatitis C) y tras haber comprobado que se trata de la primera vez y asegurarse que no se ha efectuado otro diagnóstico previo, se procede a la determinación de la entrada del virus asegurando la ausencia de contaminación y degradación de la muestra biológica, además de la estabilidad de la muestra y garantizando el resultado final.