Los casos de acoso escolar y ciberacoso en los centros educativos extremeños han descendido en el curso 2017-2018, ya que se registraron 38 frente a los 55 que se registraron en el 2016-2017 y los 99 del curso 2015-2016.

Estos datos han sido analizados este miércoles en el pleno del Observatorio para la Convivencia Escolar, celebrado en Mérida, bajo la presidencia de la consejera de Educación y Empleo, Esther Gutiérrez, que ha destacado que la preocupación de la comunidad por este problema se pone de manifiesto en que han sido 188 las denuncias registradas, 13 más que en el curso 2016-2017.

Los datos proceden de la memoria del módulo de convivencia de la plataforma educativa Rayuela, en el que los centros educativos están obligados, desde el curso 2015/16, a registrar y hacer un seguimiento de las conductas contrarias y gravemente perjudiciales para la convivencia escolar.

En cursos anteriores los datos se recopilaban mediante una encuesta enviada a los centros a final de curso, por lo que para este informe el estudio se ha realizado en base a una muestra de 663 centros educativos.

El tipo de acoso que más se repite es el verbal, ya que suele acompañar siempre a otros tipos de acoso, como el social, que se manifiesta como la marginación a la víctima, que se da en el 15,93 por ciento de los casos, mientras que el ciberacoso, que va en aumento se ha dado en un 9,73 por ciento de los casos.

Sobre el tipo de víctima, la memoria concluye que en 29 de los casos (76,32%) es un compañero o compañera del mismo curso y en los otros 9 (23,68%) se trata de un estudiante de otro curso.

En 20 casos (52,63%) la víctima era varón y en los otros 18 (47,37%) era mujer, mientras que respecto al denunciante, 15 de los casos (39,47%) fueron denunciados por docentes, 11 (28,95%) por la propia víctima, 8 (21,05%) por los progenitores, 2 (5,26%), por compañeros y otros 2 por otras personas.

El 71 por ciento de los 11 casos de ciberacoso escolar se cometieron mediante mensajería instantánea y en el otro 29 por ciento se produjo en las redes sociales, con una duración que va desde varios días, en el 81,82 por ciento de los casos, a semanas y meses, en el 9,90 por ciento.

El informe refleja que la conducta acosadora que se repite con mayor frecuencia es la etiqueta peyorativa, en un 26 por ciento, y los ataques al aspecto personal, en un 22 por ciento, y aunque no se registran comentarios o expresiones difamatorias y racistas, los comentarios sexistas e insinuaciones con connotaciones sexuales se han producido en un 13 por ciento de los casos.

El acoso y ciberacoso es una de las once conductas consideradas como gravemente perjudiciales para la convivencia, que suman 6.480 casos, protagonizados por 4.810 alumnos y alumnas, siendo Secundaria, con 4.889 casos, la etapa que más conductas de este tipo registra, seguida de Primaria, con 1.190, y postobligatoria (FP y Bachillerato), con 401.

En el estudio global de estas conductas destaca la escasa incidencia del "acoso y ciberacoso", con un 0,59 por ciento de los casos, y la "suplantación de personalidad y falsificación o sustracción de documentos", con un 0,83 por ciento.

El tipo de conducta gravemente perjudicial que más se repite es la reiteración en el mismo curso de conductas contrarias, seguido de vejaciones, injurias y ofensas a un miembro de la comunidad educativa.

En cuanto a las conductas tipificadas como contrarias a la convivencia, los casos registrados ascienden a 71.082 y han sido protagonizados por 32.791 alumnos y alumnas.

El número de casos ha disminuido con respecto al curso anterior, pasando de las 76.748 registradas en el 2016/17, a los 71.082 del curso del referido estudio.

Las conductas contrarias a la convivencia más reiteradas son perturbar el normal desarrollo de las clases, desconsideración hacia profesores o miembros de la comunidad educativa y no realizar las actividades o no seguir las orientaciones del profesorado.

Tanto en conductas contrarias como en gravemente perjudiciales, el número de alumnos es menor que el de casos, lo que confirma que son, por regla general, los mismos estudiantes los que protagonizan los incidentes en los centros educativos.

La Memoria destaca también el incremento del número de centros que cuentan con plan de convivencia, que ha pasado de los 585 que lo tenían en el curso 2016/2017 a los 602 que ya lo tienen en el 2017/2018.

Respecto al programa de convivencia escolar "Ayuda entre iguales. Alumnos acompañantes", puesto en funcionamiento en el curso 2016/17, durante el curso pasado un total de 140 centros educativos, 98 de la provincia de Badajoz y 42 de la de Cáceres, han desarrollado este nuevo programa, en el que han participado un total de 2.836 estudiantes y 1.481 docentes.

Este curso 2018/19, el número de centros que desarrollan el programa se ha incrementado hasta los 174, 120 de la provincia de Badajoz y 54 de la de Cáceres.