Por muy poco, pero las ventas de turismos y todoterrenos diésel en Extremadura lograron sobrepasar en el 2018, probablemente ya por última vez, a las de los vehículos de gasolina. Lo hicieron a pesar de sufrir un descalabro importante, de casi el 17%, lastradas por varios escándalos de trucajes en los test de emisiones por parte de los fabricantes, las críticas de quienes consideran esta tecnología muy contaminante y la amenaza de que los incrementos de la fiscalidad se van a cebar especialmente con este combustible a muy corto plazo.

Fueron apenas 331 unidades de diferencia a favor del gasóleo (7.518 frente a 7.187) pero que convirtieron a la extremeña en la única comunidad de toda España donde este carburante no fue desbancado del primer puesto de las ventas de automóviles. En autonomías como Cataluña, Navarra, el País Vasco, La Rioja, Comunidad Valenciana o Castilla y León la comercialización de turismos de gasolina duplicó o estuvo cerca de hacerlo a la de los diésel, por no hablar de Canarias y Baleares, donde las multiplicaron por siete y por cuatro, respectivamente. En el agregado nacional, el gasóleo sumó un 35,8% de cuota de mercado.

Carlos Venegas, gerente de Grupo Maven e Hijos, compañía que cuenta con diferentes concesionarios de Hyundai, Volvo y Ford en Extremadura, precisa que, por segmentos, «mientras más grandes van siendo los vehículos, más cuota de diésel se mantiene. Por ejemplo, en los todocamino, que ahora están muy de moda, el porcentaje es muy alto». Reconoce que, de mantenerse la actual tendencia, es muy posible que este sea el último año de liderazgo de este carburante, pero incide en que «los diésel que vendemos ahora mismo son bastante menos contaminantes que los gasolina, y el ahorro en combustible es muy grande», por lo que no comparte que se esté demonizando esta tecnología.

En cuanto al mayor aguante que están teniendo en Extremadura, señala que puede haber contribuido a ello el que, en una región con las dos provincias más grandes de España por superficie, «la cantidad de kilómetros» que se hace de media a los vehículos sea con frecuencia más elevada que en otras zonas.

«Aquí en Extremadura se hacen muchos kilómetros», coincide también Fernando Mena del Pueyo, presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex) a la hora de explicar el que el diésel haya mantenido el tipo algo mejor en la región. Largas distancias entre las poblaciones y el que a menudo se trabaje en una localidad diferente a la de residencia, aduce, son factores que pueden haber ayudado a sostener sus ventas.

No obstante, aunque por ahora el gasóleo suponga un ahorro por su menor coste, Mena recuerda que el objetivo del Gobierno es igualar su carga impositiva con la de la gasolina, por lo que este diferencial desaparecería. Y si bien el Ejecutivo quiere que la equiparación se haga de forma «escalonada», explica, esta medida supondrá que el diésel cueste «diez céntimos más por litro» que actualmente. Una subida «tremenda» que se suma al céntimo adicional que, en el caso de la región, hay que abonar desde el pasado 1 de enero por cada litro de gasolina o gasóleo tras igualarse el Impuesto sobre Hidrocarburos en todo el país. De esta forma, en conjunto, el encarecimiento puede llegar a superar los cinco euros a la hora de llenar el depósito medio de un vehículo de gasoil.

En cuanto a las ventas de vehículos con otros combustibles (lo que incluye a los híbridos o los eléctricos), las matriculaciones lograron sobrepasar el año pasado la barrera de las mil unidades en Extremadura, y suponer un 6,42% del mercado de turismos. Lo más significativo, el auge que experimentaron, del 46,9%, respecto al año anterior.