La formación política Extremadura Unida pudió ayer que el 8 de septiembre, día de la región, sea una jornada para reivindicar las necesidades del territorio y no reducir la celebración a «repartir medallas» en un día «muerto e inútil». «Extremadura tiene que levantar la voz de una vez y acabar con esta situación de complacencia», señala el presidente de los regionalistas, Pedro Cañada.