Juan Enrique Tena Martín, de 30 años, ha vivido un "auténtico calvario" esta Semana Santa, como él mismo reconocía ayer a este diario. Las vacaciones a Granada de este joven de Quintana de la Serena (Badajoz) le costaron cinco días en la cárcel de Albolote, solo porque comparte un primer apellido idéntico y un segundo similar con un delincuente --Israel Tena Martí-- condenado a cuatro años de prisión por blanqueo de capital por la Audiencia Nacional. Un fugitivo que cumple condena en la cárcel de Castellón desde el pasado 13 de febrero.

Cinco días tuvo que pasar el joven encerrado, desde el jueves 9 de abril hasta el pasado lunes, cuando la Justicia ordenó su puesta en libertad inmediata tras verificar el error. "Me ha causado un trauma que va a ser difícil olvidar", asegura. En el viaje le acompañaba Francisco, de Cáceres, su amigo y compañero de piso en Madrid, donde ambos trabajan desde hace 10 años. Francisco tampoco olvidará lo sucedido.

El miércoles de la semana pasada empezó la penitencia, cuando los amigos llegaron a Granada. Tras registrarse en un hotel, dieron una vuelta por la ciudad para ver las procesiones. Cuando regresaron a la habitación, de madrugada, dos agentes de la Policía Nacional detuvieron a Juan Enrique tras pedirle el DNI, alegando que contra él pesaba una orden de busca y captura de la Audiencia.

AL CALABOZO Por más que el joven enfermero clamaba su inocencia, no sirvió de nada. Allí le esposaron y le llevaron al calabozo. "Nunca me había visto en una situación así". Horas después fue trasladado al Juzgado de Instrucción número 3 de Granada. "No entendía nada", dice. Lo único que los agentes le dijeron es que sus huellas y su DNI coincidían con los de un fugitivo, por lo que había que acatar la orden de captura que, aseguraban, pesaba sobre él. Cuando llegó al juzgado "los policías estaban ya algo extrañados, porque no había antecedentes con ese nombre", asegura Francisco.

Del juzgado fue trasladado a la cárcel de Albolote, donde permaneció como un preso más hasta el pasado lunes, cuando la Audiencia Nacional emitió un exhorto a los Juzgados de Granada para su puesta en libertad. Un documento que Juan Enrique recibió "con mucha indignación". Esa noche del lunes la pasó en el mismo hotel, "con miedo de que la policía volviera". El mismo que, reconoce, siente ahora al mostrar su DNI o ver a la policía.

Durante los días que pasó en la cárcel estuvo "tranquilo porque era un error. Estaba viviendo una película", explica.

Esta pesadilla se podía haber evitado si la orden de ingreso en prisión del fugitivo fichado se hubiera actualizado en los archivos policiales en los dos meses que Israel Tena Martí llevaba cumpliendo condena. Fuentes de la Audiencia Nacional explicaron que el pasado 23 de febrero enviaron un fax a la Guardia Civil y la Policía Nacional ordenando el cese de la busca y captura, fax que no se archivó.

Ya en Madrid, Juan Enrique ha puesto en manos de sus abogados el caso para pedir responsabilidades, "no quiero que se repita". Incluso, cuenta que otros agentes volvieron el domingo pasado al hotel a detenerlo, cuando ya estaba en prisión. Una cadena de errores, a los que él llama "horrores" y "falta de coordinación", por los que está de baja laboral.