Si tiene una vivienda en propiedad desde hace tiempo, lo habrá notado. Los extremeños pagan ahora 106 millones más de IBI que al inicio de la crisis, pues en los últimos siete años este impuesto que se configura como una de las principales fuentes de ingresos de los ayuntamientos se ha incrementado en la región un 77% en términos globales. Si un contribuyente antes pagaba 145 euros de media por el recibo de la contribución urbana, ahora abona 208, 63 más, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. El aumento se ha dado en los municipios de ambas provincias y afecta tanto al IBI rústico como al urbano. En el caso del rústico además, la recaudación crece en 5 millones pese a caer un 10% el número de recibos emitidos.

El impuesto de bienes inmuebles es ‘la joya de la corona’ de las arcas locales. Supone casi un tercio de los ingresos de los municipios y es uno de los tributos más estables del sistema español. De hecho, pese al estallido de la burbuja inmobiliaria, en el periodo analizado el número de recibos emitidos por IBI urbano no ha parado de crecer: de los 866.004 que se giraron en el año 2008 se ha pasado a los 987.851 en 2015, casi 122.000 más. Un incremento del 14% que sin embargo, es muy inferior al 77% que han crecido los ingresos por este concepto.

La subida del impuesto ha tenido un impacto de 106,6 millones de euros en la recaudación. Ahora los ayuntamientos extremeños obtienen por este tributo 244,7 millones -incluidos los bienes urbanos, rústicos y de características especiales- frente a los 138,1 del año 2008.

Según explica José María Mollinedo, portavoz del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), este fuerte aumento viene motivado por dos factores: el plan del Catastro contra el fraude que se puso en marcha en el año 2013 y que continúa en la actualidad -hasta el pasado mes de julio la medida había detectado irregularidades en más de 89.400 inmuebles de la región, con un impacto de 42 millones de euros en la recaudación- y las subidas que han aprobado los ayuntamientos para compensar la caída de ingresos durante la crisis y alcanzar los objetivos marcados de estabilidad presupuestaria.

En este sentido, cabe recordar que el Gobierno central aprobó en el 2011 una subida de tipos que oscilaba entre el 4% y el 11% a aplicar en función del año en el que se hubiera llevado a cabo la última revisión catastral. Y esta, en algunos municipios de la región se produjo hace más de 20 años, según la estadística, por lo que se han visto obligados a actualizar los valores independientemente de su color político.

POR PROVINCIAS / Según los datos publicados por el Ministerio de Hacienda, la subida del IBI se ha dejado notar en las localidades de ambas provincias, si bien ha sido en Badajoz donde los recibos más se han incrementado: 74 euros de media frente a los 50,5 de Cáceres.

Del análisis de las cifras se desprende que en la provincia pacense el recibo medio ha pasado de los 153 euros del 2008 a 227 en la actualidad, de forma que la recaudación por este tributo ascendió en el 2015 a 143,3 millones de euros. En total, se emitieron 628.582 recibos rústicos y urbanos. En el 2008 sin embargo, los ayuntamientos obtuvieron 89,8 millones por este concepto.

En el caso de la provincia de Cáceres, la recaudación fue de 80,2 millones el año pasado frente a los 48,3 del 2008, lo que supone un aumento del 66%. Aquí el recibo ha pasado de los 85,5 euros de hace siete años a 136 en actualidad. El número de contribuyentes asciende en la provincia cacereña a 589.575, 25.000 más que antes de la crisis pese al estallido de la burbuja inmobiliaria. H