Las familias extremeñas pagan la mitad que las de Murcia o Baleares por el agua. Es una de las conclusiones que se puede extraer de un estudio realizado por la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (Aeas), que plantea la necesidad de elevar el coste de este servicio para mantener la calidad y la garantía del suministro.

En Extremadura el coste de un metro cúbico de agua para uso doméstico es de 1,19 euros. No es una de las cantidades más bajas del país --Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia, Navarra, País VAsco y La Rioja tienen precios inferiores--, pero sí está por debajo de la media --1,40 euros por metro cúbico--. Y sobre todo, es prácticamente el 50% de lo que tienen que abonar murcianos y baleares por este servicio básico.

Y no se trata únicamente del agua para consumo doméstico. La situación se repite también en el uso industria: en Extremadura el metro cúbico cuesta una media de 1,50 euros, mientras en Baleares se eleva a los 4 euros.

Las razones de estas diferencias residen principalmente en el coste de la obtención del agua. "No es igual el coste que se genera en este proceso cuando se capta el agua de un manantial, a cuando se recoge del mar, hay que desalar y reutilizar por la escasez de recursos", explica a la Agencia EFE el gerente de Aeas, José de Castro.

SUBIR LOS PRECIOS Las divergencias son todavía más notables si se compara con la situación que se vive en la mayoría de los países de la Unión Europea. En Copenhague, capital de Dinamarca, el metro cúbico llega a costar 4,53 euros, mientras que en Amsterdam (Holanda), son 3,08 euros. También es cierto que hay ciudades del entorno comunitario con precios incluso más asequibles que los españoles. En Roma por ejemplo se pagan apenas 83 céntimos de euro por metro cúbico.

En este panorama, Aeas considera necesario incrementar los precios del agua. Bajo su punto de vista, si se quieren recuperar los costes que se generan en el proceso --captación, tratamiento, depuración y reutilización-- hay que elevar el precio, ya que actualmente el 20% se paga mediante impuestos y subvenciones. Así, esta organización plantea modificar el sistema de ayudas y fijar "el pago por uso". "La repercusión sobre las economías familiares sería pequeña. Pero debe pagar quien utiliza el agua y por la cantidad que efectivamente utiliza", sostiene el presidente e Aeas, Roque Gistau. En su opinión, esta decisión es imprescindible para que los servicios prestados sean de calidad y sostenibles y para que se haga un uso racional del agua.