Seis meses después, comienzan a verse los primeros resultados del control de la jornada laboral que impuso el Gobierno. Desde el pasado 12 de mayo es obligatorio que todos los trabajadores fichen al entrar y salir de su puesto de trabajo y en el caso de Extremadura, la primera consecuencia es que las horas extra que los trabajadores declaran haber realizado aumentan casi el doble, hasta un 81%.

Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a este diario, en el primer trimestre del año los asalariados extremeños realizaron un total de 49.500 horas extraordinarias a la semana, una cifra que se incrementa hasta las 71.100 en el segundo trimestre y que sube hasta las 89.800 en el tercero, cuando la nueva normativa ya estaba plenamente implantada. Son, por tanto, 40.300 horas extra más a la semana las que se declaran ahora en la región.

La obligación de que las empresas lleven un registro del horario de sus empleados se estableció con el fin último de luchar contra las horas extraordinarias no pagadas y acabar con un fraude que, como explicó entonces la ministra de Trabajo en funciones, Magdalena Valerio, afecta no solo a los trabajadores sino también a las arcas públicas ya que las empresas no cotizan por esos excesos de jornada no remunerados. Seis meses después de su entrada en vigor, la Encuesta de Población Activa (EPA) da las primeras pistas de cómo está funcionando la medida, aunque según apuntan desde el sindicato CCOO aún es pronto para hacer balance.

Según el sindicato, todavía muchas empresas siguen sin definir sus métodos para registrar la entrada y salida de los empleados y las hojas de firmas utilizadas en numerosos casos «se manipulan» para no reflejar la jornada real. «Hay trabajadores que entran a las ocho pero en la hoja aparecen registrados a las diez», explica Alberto Franco, secretario de Acción Sindical de CCOO. El comercio o la hostelería están entre los sectores más sensibles en este ámbito y desde CCOO critican también la falta de inspecciones por parte de la autoridad laboral.

NO REMUNERADAS / Los datos facilitados por el INE a este diario reflejan que en el tercer trimestre del año las horas extra aumentaron un 81%, ya que los trabajadores extremeños realizaron 40.300 más a la semana. De enero a marzo fueron 49.500, pero de julio a septiembre subieron hasta las 89.800, que es además la cifra más alta desde el año 2015.

En el caso de Extremadura, el INE no dispone de muestra suficiente para desagregar las horas extra realizadas en remuneradas o no (un estudio de CCOO elaborado en noviembre de 2018 a partir de estos mismos datos de la EPA cifró en más de 8.200 las horas extra que los extremeños realizan a la semana sin pagar, lo que supondría el 11% del total), pero a nivel nacional sí, y los primeros datos apuntan a que la medida está surtiendo efecto: en el tercer trimestre los asalariados del país realizaron 2.857 horas extra menos y las pagadas se incrementan un 4,2%, frente al 15,7% que caen las no pagadas.

A la espera de la evolución de los próximos meses, desde CCOO vuelven a posicionarse «en contra» de la medida impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez, que además consideran que llegó «tarde y mal». «Nos engañó, se dijo que el control horario iba a estar en manos de los comités de empresa y los delegados de personal y finalmente ha recaído solo en las empresas para dar más poder al empresario», afirma Franco, que aboga por endurecer las multas. «No hay controles exhaustivos y las sanciones son mínimas. Al empresario le interesa más pagar la multa que las horas extras trabajadas», asegura.