Aunque tras semanas como la pasada no lo parezca, Extremadura registra el mayor déficit de precipitaciones en lo que va de año hidrológico. Esta escasez de lluvias mantiene las reservas de agua de los embalses de la región por debajo de la media de los última década, de modo que la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) sigue en prealerta por sequía, si bien destaca la garantía, como en el caso del Tajo, del suministro de agua para esta campaña.

En concreto, la cuenca del Tajo está al 53,9% de su capacidad, 5,5 puntos porcentuales por debajo de la media de la última década. Según apuntan desde su confederación, no obstante, la parte extremeña está por encima de la media de la cuenca, superando el 60% en el caso de los embalses hidroeléctricos y hasta el 70% en los de regadío. Además, aseguran que los de abastecimiento también superan el promedio total, por lo que no prevén ningún problema de suministro. "Solo hay una pequeña zona regable del Salor (en la que los regadíos no son de competencia estatal) que puede tener dificultades, pero por falta de infraestructura, no de agua", aseguran.

En el Guadiana, a pesar de que el valor actual (53,3%) es similar al del Tajo, la situación es más preocupante, ya que dista casi 16 puntos porcentuales de la media de la última década (69,9%). Tanto es así que su presidente, Eduardo Alvarado, ya alertó en enero de una "sequía encubierta" y anunció una prealerta por este motivo que sigue vigente. "El otoño pasado y esta primavera ha llovido poco en la región y no cabe esperar que vaya a haber muchas precipitaciones a partir de ahora", asegura.

Sin embargo, Alvarado destaca que hay "más de 4.000 hectómetros cúbicos en reserva" y, por tanto, el suministro está garantizado al menos para la próxima campaña. "Esto no quiere decir que no tengamos que desarrollar medidas de control, tanto en riegos como en otros usos (urbanos, industriales...)", apostilla.

Para el responsable de la CHG, no es momento de "preocuparse", pero sí de "ocuparse" y defiende que tanto la atención sobre la gestión del agua, como las campañas de sensibilización sobre su uso responsable deben realizarse siempre, no cuando hay sequía. En cuanto a la situación actual, constata que está lejos de la "dura" sequía que la región padeció entre 1991 y 1995, pero afirma que ante la "encubierta" de ahora "no hay que bajar la guardia". Ahora tenemos agua suficiente, pero debemos ser previsores", repite.

Desde luego, no cabe otra postura dada la imposibilidad de predecir cómo evolucionarán las precipitaciones próximamente. Por ahora, en lo que va de año hidrológico en Extremadura ha llovido menos de la mitad de lo normal, según ha advertido el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Angel Rivera. La región se convierte de este modo en la que registra el mayor déficit hídrico del país, justo al tiempo, paradójicamente, en que se ha abierto un intenso debate sobre la posibilidad de trasvasar agua a otras comunidades autónomas desde la extremeña.