"Tenemos pedidos, pero no tenemos producción porque no hay materias primas, ya que no se les paga a los proveedores". Ese es el problema fundamental que tienen las tres plantas de Carcesa en Extremadura y que genera incertidumbre entre sus 300 trabajadores ante las dificultades económicas del grupo Nueva Rumasa, del empresario José María Ruiz Mateos, propietario de estas empresas.

Los empleados se han concentrado esta mañana a las puertas de estas plantas para trasladar a la dirección su malestar, según manifiesta Rosario Riñones, del comité de empresa de Carcesa en Mérida."Nuestro futuro está en peligro", insiste, pese a que hasta el momento están al corriente de pago, aunque cobran de una manera peculiar, el 10% de su nómina cada día laborable, por lo que pasan dos semanas hasta que cuentan con el sueldo completo.

"La situación es grave por lo que se refiere al empleo, nunca se ha vivido una situación así y estamos mal", comenta.

Hace dos días mantuvieron una reunión con los propietarios y les dijeron que "no hay liquidez", algo que les inquieta porque "si no hay solvencia, cómo vamos a poder seguir fabricando", denuncia. Por todo ello, van a pedir una reunión con Ruiz Mateos para que les explique cuál es la situación y para "trasladarle el malestar de los trabajadores".