El futuro de Europa pasa por trabajar por mantener un proyecto con unos valores claros, frente a los «egoísmos nacionalistas» y el terrorismo, dando respuesta a los movimientos migratorios y el cambio demográfico y sin perder de vista a los jóvenes. Son las ideas clave del acto que puso ayer a la pequeña localidad de Cuacos de Yuste, en la comarca de La Vera, en el centro de Europa, precisamente en la celebración de su día. Nadie mejor que el galardonado con el XII Premio Europeo e Iberoamericano Carlos V, Antonio Tajani, para ejemplificar hacia dónde debe ir la UE.

En un entorno con el «sosiego y la serenidad que tanto requieren los tiempos en los que vivimos», en palabras del rey Felipe VI, su Majestad lanzó un mensaje claro: «España y Europa han de seguir abiertas al mundo». Es tanto un guiño a la apertura a Iberoamérica -por cierto con la primera académica de esa zona ya entre sus filas, Rebeca Grynspan, a la que colocó su medalla de académica- como una crítica a «las tendencias hacia la introversión» y una apuesta por «superar el repliegue de concepciones excluyentes e insolidarias de la convivencia».

¿Y cómo hacerlo? En su opinión, es necesario pasar a «la acción», a través de un proyecto «capaz de recuperar la ilusión, el entusiasmo y la fe en Europa», basado en «un sistema de valores».

terrorismo / Valores que chocan frontalmente con el terrorismo, al que se refirió sobre todo en clave nacional y que levantó los aplausos de los asistentes al proclamar: «España ha demostrado, desde la firmeza de las convicciones de nuestra sociedad y la fortaleza del Estado, que la democracia derrota siempre al terrorismo, un terrorismo que solo consigue dejar tras de sí sufrimiento y dolor».

Ante estos obstáculos, dijo, se ha elevado la voz del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, a quien ensalzó por «su defensa firme de la democracia y del Estado de Derecho como garantía del modelo de convivencia».

Y para Tajani, «libertad, democracia, Estado de Derecho, igualdad y respeto a los derechos humanos» son los valores que han hecho de Europa «la región más libre y próspera del mundo. Y por eso debemos reafirmarlos».

El flamante premio Carlos V contrapuso estos valores «frente a quienes quieren levantar fronteras. Frente a aquellos que pretenden destruir nuestra convivencia y nuestra democracia».

Muy emocionado, habló de las «amenazas» que se ciernen sobre la UE, como quienes «intentan influenciar de forma fraudulenta nuestros procesos electorales», las noticias falsas y «populistas y nacionalistas».

En su opinión, tras la crisis, Europa está creciendo, aunque persisten «cicatrices» como el paro, y la recuperación se basa en un mercado único moderno, un presupuesto europeo a la altura de los nuevos retos y una gobernanza económica «más democrática y transparente».

Tajani apostó también por una mayor coordinación para luchar contra la «amenaza terrorista» y por una gestión común para el control de las fronteras y una política de inmigración «ordenada, para asegurar que quienes vienen a Europa pueden contribuir al bienestar de todos».

No se olvidó de defender «la democracia y la libertad que disfrutáis gracias a la Constitución», en clara alusión al conflicto catalán, y anunció que dedicará su premio, de 30.000 euros, a las víctimas de los terremotos del centro de Italia del año 2016.

feminismo / En la misma línea que el rey y Tajani, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, afirmó que «con la integración y el diálogo, siempre dentro de los marcos legales, es como llegaremos más lejos y más unidos».

Volvió a pedir unas «infraestructuras dignas»; se mostró convencido de que el cambio demográfico debe ser «un asunto prioritario en la agenda política de todos y abogó sin ambages por la igualdad real entre hombres y mujeres: «es sencillo, o políticamente nos posicionamos junto al feminismo, o estaremos dando la espalda al reto de que, por fin, la igualdad sea real».

Y una mujer, la joven de 15 años Ángela Solana, alumna del instituto de Ceclavín, puso voz a los jóvenes de la región, de España y de Europa para pedir con firmeza «un presente mejor, queremos encontrarnos un mundo más humano, más sostenible, necesitamos un mundo mejor para vivir nuestro futuro».

Directamente, pidió a los responsables de las instituciones presentes que «nos escuchen, que piensen en los problemas que aquejan a los jóvenes. Les pedimos que trabajen juntos para que cuando terminemos nuestros estudios tengamos un futuro laboral prometedor. Porque eso es Europa: nuestra mejor posibilidad de futuro».

Ángela Solana, como alumna de un centro educativo que participa en el programa de las Escuelas Embajadoras del Parlamento Europeo, apostó por la educación y aludió a El Principito para pedir «que las estrellas de la bandera europea se iluminen para guiar a las personas que están vagando por el Mediterráneo y por tantas otras fronteras en busca de un lugar de acogida».

Felipe VI terminó su discurso subrayando que el futuro de Europa está, sobre todo, en las manos de los más jóvenes y ayer, una joven de 15 años les dijo: «no dejen de escucharnos porque nosotros seguiremos pendientes».