El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, reclama la reforma de la Constitución para adaptarla a "una realidad que en 1978 era imposible de concebir". "Si los que están ahora mismo en la política fueran los mismos que hicieron la Constitución, a esta hora la hubieran cambiado", destaca durante su intervención en una conferencia en Barcelona sobre la colaboración horizontal entre comunidades autónomas.

Según la agencia Efe, en opinión del jefe del Ejecutivo extremeño, las generaciones posteriores han "sacralizado" la Constitución, como si los encargados de redactarla hace tres décadas "no solo hubieran sido gente capaz de ponerse de acuerdo, sino visionarios".

Por ello, insiste que "si no tuviéramos este sentido de sacralización, lo que se debería hacer es cambiarla, para adaptarla a una realidad que en 1978 era imposible de concebir". Esta realidad evidencia el proceso de descentralización ("que no de centrifugación") más importante que se ha producido en el mundo. "El proceso que se inicia con los estatutos de segunda generación abre una nueva reflexión, que es que (...) ahora no solo debemos abundar en completar nuestro desarrollo estatutario, sino que también debemos buscar la manera de cooperar al máximo" entre comunidades autónomas.

En su opinión, la Constitución no resuelve este aspecto, ya que hace tres décadas los constituyentes trataron de "imaginar lo que iba a ocurrir en el futuro", pero "probablemente era difícil entonces (pensar) que llegaríamos a un nivel de descentralización tan profundo como el que se ha producido en el conjunto de España".

Así, incide en la necesidad de cooperar entre comunidades autónomas y dotarlas de un instrumento como el Foro de Gobiernos Autonómicos, que confía en que pueda convocarse por primera vez durante el primer trimestre del próximo año.

Esta iniciativa surge ante la imposibilidad de reformar la Constitución y el Senado, y "puede ser una decisión temporal hasta que el Senado sea la verdadera Cámara de representación territorial".

Vara lamenta la "prevención" que existe en la Constitución y en sectores de la sociedad hacia la colaboración horizontal entre comunidades, "como si lo que se planteara fuera un contrapoder. Menos mal que el que lo propone soy yo (...) y no Cataluña o el País Vasco", ironiza.