--¿Qué cree que va a aportar la ampliación de la obligatoriedad de la certificación de eficiencia energética también a las operaciones de compraventa y alquiler de viviendas?

--Pues hay muchas expectativas sobre los beneficios que puede aportar. Para los técnicos, en un momento en el que apenas se construyen edificios, esto les va a suponer una nueva vía para poder desarrollar su trabajo. Y para el usuario va a tener muchas ventajas. Lo que tenemos que lograr entre todos es que igual que se ha conseguido tener idea de qué es un frigorífico A, B o C y que la gente quiera aquellos que consumen menos, ahora sea igual con las viviendas y los edificios. Que a todos nos entre en la cabeza que, aparte de que el piso sea bonito y esté bien construido, hay que valorar que sea eficiente porque esto llevará a que el recibo energético que luego vamos a tener que pagar sea más reducido. No estamos hablando solo de tener un mero certificado para comprar o alquilar, también se trata de hacer los edificios más eficientes. Estos certificados permitirán simular en qué situaciones se podría mejorar la calificación y subir así una o dos letras. El propio técnico te debe ofrecer cuáles son las posibilidades de mejora de la vivienda. Además, en un futuro también existe la posibilidad de que se establezcan subvenciones y no se tenga que pagar toda la mejora.

--¿Habrá sanciones desde un inicio para quien no cumpla?

--Evidentemente, si dentro de un tiempo no se hacen los certificados, habrá que imponerlas, pero la idea ahora no es esa, sino la de conseguir que se empiecen a hacer los certificados cuando se vendan o alquilen las viviendas. Todo se ha hecho de una forma muy rápida y prácticamente no ha habido tiempo de ver cómo se aplica, pero de momento no va a haber multas, entre otras cosas porque la Administración se las tendría que poner a ella, porque sus edificios también están incluidos en la normativa.

--¿Es un trámite complicado?

--No. Se trata de que el técnico haga una visita, vea cómo es la envolvente del piso (paredes, techo y suelo) y sus instalaciones, algo que se puede hacer rápidamente. Esto se plasma en un documento y se presenta en un registro.

--¿Y en cuanto al coste?

--Depende de cómo sea el inmueble. En el caso de una vivienda resultará muy barato. Para un bloque con muchos pisos o un edificio terciario será mucho más complicado. El coste es lo que suponga el trabajo que tenga que hacer el técnico para elaborar el certificado, porque registrar el documento de momento no tendrá tasas.

--¿En general, cuál es la situación que presenta en Extremadura el parque de viviendas en términos de eficiencia energética?

--No se puede particularizar. La calidad con la que se ha construido es la misma que en el resto de España. En los edificios antiguos se puede hablar de una calidad media. Y en los nuevos, que tienen que cumplir con el código técnico, podemos hablar de un buen nivel de calidad. Estos edificios más recientes como mínimo tienen que ser una E, lo que supone que deben estar más o menos aislados y tener unas instalaciones más o menos adecuadas.

--¿En términos económicos, entre viviendas A y G, estamos hablando de ahorros importantes?

--Entre una A y una G estamos hablando de un 20 o un 25% en el gasto en gas, electricidad... No obstante, el ahorro dependerá también de las zonas climáticas en las que esté el edificio.