La afluencia a los cementerios fue ayer, Día de Todos los Santos, notable en la mayor parte de las poblaciones extremeñas, demostrando un año más que los extremeños siguen aferrándose a la tradición de honrar a sus fallecidos de una u otra forma, pero sobre todo con una ofrenda floral.

En Mérida, la presencia de emeritenses en el cementerio municipal fue notable y el colorido floral intenso, tanto como las emociones de quienes tienen alguien a quien recordar y el hábito de acompañar el rito con costumbres como adquirir alimentos típicos de estos días, sobre todo castañas asadas. Al margen de las tópicas discusiones derivadas del afán del público por llegar en coche hasta las mismísimas puertas del cementerio, no se han registrado incidencias.

En Cáceres la gente aprovechó el fin de semana y la mañana de ayer para acercarse al Cementerio Nuestra Señora de la Montaña, un lugar en el que hubo menos problemas para estacionar que otros años, debido al aparcamiento habilitado junto a la urbanización Montesol. Además del aparcamiento, con un total de 150 plazas, se han establecido también servicios especiales de autobuses cada diez minutos con paradas en la Plaza de Toros y en la avenida Héroes de Baler, con el fin de facilitar la llegada al cementerio. Según el concejal delegado, Joaquín Rumbo de la Montaña, la asistencia puede haber superado la del 2003, cuando visitaron el lugar unas 6.000 personas.

Algunos cambios

El camposanto cacereño ha experimentado en el último año algunos cambios, como la construcción de un horno crematorio, que entrará en funcionamiento este mes. Además, está prevista su próxima ampliación, para la que se han adquirido ya 17.000 hectáreas, que se unirán a las 35.000 que ocupa actualmente.

En Badajoz, desde primeras horas de la mañana miles de pacenses se acercaron a los dos cementerios de la ciudad, el nuevo de Nuestra Señora de la Soledad y el viejo de San Juan.

Según la Policía Local, el tráfico por la carretera de Valverde Leganés fue fluido, al igual que el registrado en los accesos al cementerio viejo, situado en la barriada de Llera.

Por otro lado, el arzobispo de la diócesis Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, presidirá hoy en el cementerio nuevo de Badajoz la eucaristía de la festividad de los Fieles Difuntos. La misa comenzará al mediodía, una hora después de la que se celebrará en el cementerio viejo de la ciudad.

Durante el mes de noviembre se oficiará una misa semanal en ambos cementerios, que en el nuevo será los sábados al mediodía y en el viejo los domingos a partir de las once de la mañana.

En Mérida, la eucaristía con motivo de la festividad de los Fieles Difuntos tendrá lugar a las cinco de la tarde en el cementerio de la ciudad.