Trujillo vivió con menos intensidad de la esperada su popular Chíviri, fiesta de interés turístico regional que se celebra el Domingo de Resurrección en la Plaza Mayor de la localidad. Menos intensidad por la lluvia, que fue protagonista durante buena parte de la jornada, a ratos más fuerte y a ratos más ligera, pero siempre haciendo molesta la diversión y restando asistencia.

No obstante Trujillo se caracteriza por su gran capacidad para acoger a todos sus visitantes y ahí destaca El Chíviri como fiesta para compartir, para disfrutar en compañía, donde nadie debe sentirse forastero.

Desde el mediodía, la música rivalizaba con la lluvia en la Plaza Mayor al ritmo de la orquesta. 'Estaba el señor Don Gato', 'Apaga luz' y tantos otros temas típicos del Chíviri animaban a los más valientes, eso sí paragua en mano, a bailar bajo la lluvia.

Los asistentes a la fiesta se refugiaban donde podían. Los soportales de la plaza estaban a tope y el puesto de chubasqueros hacía su agosto en marzo. Algunas congas se abrían paso entre tanta acumulación y comenzaba a circular el vino y los manjares de la tierra.

La Concejalía de Cultura y Festejos de Trujillo había preparado una serie de iniciativas encaminadas a realzar la fiesta como el reparto de piruletas y globos para los más pequeños. Posavasos para los bares trujillanos con el mensaje de 'Sin vidrio' y, apoyados en un elemento tradicional de esta fiesta como es una bota de vino, se repartió a todos los colectivos y asociaciones locales una unidad en un intento de recuperar elementos de siempre del Chíviri.

También se preparó un amplio dispositivo de seguridad con Policía, Guardia Civil, la Unidad de Seguridad Ciudadana, Protección Civil y Cruz Roja con un único objetivo: asegurar y proteger la diversión de los asistentes. Ante las predicciones meteorológicas desfavorables se techó el escenario para que la fiesta pudiera celebrarse con toda normalidad.