La segunda edición de la feria de comarcal del huerto de Tentudía se convirtió en una fiesta ecológica. Hortelanos procedentes de diferentes localidades de la comarca se dieron cita en la Plaza del Pueblo para poner a la venta lo mejor de sus productos. Tomates, pimientos, pepinos, calabacines, cebollas, sandías, berenjenas...

La plaza se convirtió en un improvisado mercado de abastos como los de antes, en el que los clientes pueden tocar y probar el género antes de comprarlo. Todos se conocen, el comprador es vecino del hortelano, y esta particularidad garantiza sobradamente la trazabilidad y la calidad final del producto. La organización ha destacado la implicación de quienes siguen conservando el ancestral manejo de la huerta como medio de subsistencia. Son ellos, explica Juan Carlos Giraldo, de Cúriga-Ecologistas en Acción Monesterio, "quienes han sabido conservar la biodiversidad de los productos hortícolas de esta comarca". Es este uno de los objetivos: la transmisión de la sabiduría heredada con la finalidad de que jóvenes agricultores de la comarca sigan sus pasos y conserven la rica variedad de productos que ofrece la huerta.

Intercambio

Con esta misma intención, la organización propició entre los participantes el intercambio de semillas. Simientes mejoradas con el transcurrir del tiempo y adaptadas, gracias al esmero del hortelano, a los terrenos y a los climas propios de este territorio.

Además de los productos presentados y puestos a la venta por agricultores de distintas localidades de la comarca, los visitantes también pudieron adquirir quesos, vinos, aceites y dulces fabricados a base de materias primas naturales y de forma totalmente artesanal.

El programa de actividades se completó con exhibiciones de cocina solar, visitas guiadas a un huerto de la zona y la entrega de material sobre la agroecología en la comarca de Tentudía. Al mediodía se celebraron concursos con los que premiar la hortaliza más singular, los mejores sopones o el stand más original. La programación de actividades se cerró con el estreno de un documental titulado "Hortelanos, sabiduría que nos alimenta", elaborado por el fotógrafo Lolo Vasco y los socios del la huerta El Cocedero, Jordi Macías y José Antonio Vasco, dedicado a las huertas de Monesterio.