Combatir el fracaso escolar es el principal reto del sistema educativo pero los datos al respecto no son muy alentadores y las medidas para hacerle frente ineficaces. Con 19 años el abandono educativo sin haber obtenido ninguna titulación postobligatoria --bachillerato, FP de grado medio o superior-- ya alcanza el 32% del alumnado. Pero, a partir de esa edad, no solo no siguen estudiando sino que muchos de ellos, el 12,5%, dejan las clases sin sacarse el título más básico, la ESO. Así lo recoge un informe elaborado por el Observatorio Social de la Educación, de CCOO. De ahí que los esfuerzos de la comunidad educativa por evitar el fracaso escolar se centren en primaria, donde comienza a fraguarse, y sobre todo en secundaria, cuando se materializa y es irreversible.

"La universidad o el trabajo profesional se empiezan a construir desde educación infantil", asegura Antonio Barra, director del Colegio Público Francisco Pizarro de Cáceres. Una forma de incentivar el aprendizaje es mediante la motivación y, a este respecto, cada centro o docente tiene sus propias recetas para animar a los alumnos. Carlos Díaz, profesor de inglés del Colegio Público Leopoldo Pastor Sito de Badajoz, cree que "motivar al alumno es muy complejo si la familia no se implica lo suficiente".

La importancia del núcleo familiar y una atención humanizada son dos de las cuestiones en las que coinciden los docentes consultados por este diario. "En lugar de condenarlos a salas de castigo hay que dedicarles palabras de afecto y valorar sus progresos", indica José María Sánchez Torreño, director del I.E.S. Pérez Comendador de Plasencia. De este modo, resulta fundamental movilizar los recursos necesarios para animar a los alumnos en situación de abandono escolar a seguir estudiando. El problema es que las alternativas son insuficientes.

Finalizada la ESO, el alumno debe elegir entre FP o bachillerato, sin tener en cuenta otras vías como combinar estudio y trabajo. "Se podrían incorporar al currículo de la ESO asignaturas muy profesionales, de manera que, aunque el joven no obtenga un buen rendimiento en materia académica pura y dura, sílo haga en lo relacionado al mundo laboral", subraya Antonio Vicente Girón, orientador del I.E.S. Sagrado Corazón de Miajadas.En el caso de la educación secundaria las opciones también son escasas. Una buena parte de los alumnos no llega a cursar el segundo ciclo de la ESO, tercero y cuarto, donde se sitúan las principales medidas de refuerzo escolar --la diversificación curricular y los programas de cualificación profesional inicial--. En este supuesto las medidas esenciales pasan por garantizar sus competencias básicas para asegurar al alumnado unos conocimientos mínimos que le permitan desempeñarse de forma satisfactoria en su vida adulta y en el mercado laboral. Repetir curso tampoco garantiza el éxito escolar. De hecho, en atención al estudio antes citado, más del 80% de los estudiantes que dejan las aulas sin el título de la ESO son repetidores y la práctica totalidad de los que se van sin el graduado.