OCUPACION DIRECTOR DEL MUSEO CATEDRALICIO DE BADAJOZ DESDE HACE UNOS 15 AÑOS.

CARGOS DELEGADO EPISCOPAL PARA EL PATRIMONIO CULTURAL DE LA ARCHIDIOCESIS DE MERIDA-BADAJOZ Y, DESDE FEBRERO, PRESIDE LA ASOCIACION NACIONAL DE MUSEOLOGOS DE LA IGLESIA.

Tras cerca de 15 años al frente del Museo Catedralicio de Badajoz, ha sido nombrado por la Conferencia Episcopal presidente de la Asociación Nacional de Museólogos de la Iglesia, un cargo que le convierte en una de las voces más autorizadas del país sobre el patrimonio artístico que custodia esta institución en España. "Mi función será representativa, porque me gusta que la decisiones se tomen de forma asamblearia", explica desde la capital pacense.

--¿Qué utilidad tiene la asociación de museólogos de la Iglesia?--Lo primero es promover la difusión de la cultura católica a través de los museos que dependen de la Iglesia. Estamos insertos dentro de la corriente plural de la cultura y, dentro de ella, promovemos el importantísimo y riquísimo patrimonio que tiene la Iglesia en España. Además, como en cualquier otro museo, queremos ponerlos al servicio de la sociedad de la forma más adecuada.

--¿Solo en los museos?--También intentamos asesorar a todos los implicados, incluso las iglesias locales, en las funciones de conservación, investigación y exhibición. Pero sobre todo queremos promover la función evangelizadora de ese patrimonio, porque ningún patrimonio cultural es neutro y el nuestro mucho menos.

--¿Con qué dificultades se encuentran para lograrlo?--El problema es común: los museos de la Iglesia tienen escasos recursos económicos. Es una cuestión que queremos estudiar con profundidad: analizando la ley de mecenazgo, cómo recabar fondos de la sociedad civil, cómo explotar mejor nuestros recursos... Esa es una de las claves: tenemos un gran capital inmovilizado que debemos comenzar a aprovechar.

--¿Cuáles son los referentes museológicos más destacados en Extremadura?--Sin duda, Guadalupe. Con sus secciones de pintura, escultura y miniados, es un referente universal. Y luego está el museo de la Catedral de Plasencia, que está en marcha, el de Coria, la iglesia de Santa María en Cáceres o el Museo Catedralicio de Badajoz, que tiene su propia impronta... Además están otros, dentro de la red de museos de Extremadura, sujetos a convenios especiales pero que están muy ligados a la Iglesia, como el de las religiosas Clarisas de Zafra o el de Arte Sacro de Jerez.

--¿Son los museos de la Iglesia los grandes desconocidos del patrimonio cultural español?--Puede ser, aunque estamos dando pasos de gigantes gracias a las exposiciones temporales. Lo cierto es que el turista medio se conforma con visitar la catedral. Ignora que si no conoces los museos de una ciudad no puedes conocer bien la cultura religiosa y laica de ese lugar. La plaza de San Pedro puede ser muy bonita, pero si no recorres el Museo del Vaticano te pierdes parte de la historia de la humanidad, como la Capilla Sixtina o las Alas de Rafael. Tenemos que convencer a la gente de que nuestros museos tienen tanta riqueza como el resto.

--Tras siglos de prolífica producción, ¿estamos ante un momento de crisis en el arte vinculado a la religión?--La principal preocupación de la Iglesia en estos momentos es conservar su legado. Pero yo siempre he dicho que no hemos sabido incorporarnos a los movimientos artísticos del siglo XX y XXI, aunque hay excepciones. Creo que, sobre todo a nivel local, en las iglesias, nos van a quedar vacíos inmensos sobre la cultura de estas tiempos. Por eso el reto es incorporarnos al siglo XXI y que la creciente sensibilidad de la Iglesia nos permita acercarnos al artista contemporáneo.

--¿Recuperará la Iglesia su papel de gran mecenas?--Es muy difícil que la Iglesia pueda ser ya mecenas, porque ha apostado decididamente por su labor social. Hay que tener en cuenta que, a la hora de decidir, debes pensar mucho en qué gastar los recursos porque hay otros problemas sociales muy graves y acuciantes.