La Junta de Andalucía y la de Extremadura se unieron ayer para rechazar el cierre de la mina Aguablanca en Monesterio y para pedir a la empresa que la gestiona, Río Narcea, que "no tome decisiones irreversibles" y no acometa de inmediato el anunciado cierre y despido de sus 400 trabajadores. El consejero de Economía e Infraestructuras de Extremadura, José Luis Navarro, viajó ayer a Sevilla para reunirse con el responsable andaluz de Empleo y Empresa, José Sánchez Maldonado, y analizar la situación de la mina. Aunque la explotación está en Extremadura, el acceso se realiza por el Real de la Jara (Sevilla) y de los 400 trabajadores directos que de la plantilla, unos 130 son andaluces, además de otros 250 empleos indirectos.

En ese encuentro los dos consejeros reclamaron a Río Narcea que no se precipite en adoptar "decisiones irreversibles y dañinas", recoge la agencia Efe, y abogaron por respetar el plazo previsto de explotación de la mina hasta el 2018. Recordaron a la sociedad que gestiona la mina y que justifica el cierre con la pérdida de rentabilidad, que está pendiente la declaración de impacto ambiental y de explotación subterránea del Ministerio de Industria, así como otras reservas de minerales en esa zona, por lo que invitan a los empresarios a "hablar sin la amenaza de cierre".

Navarro tachó de "inaceptable" el anuncio de la empresa porque entiende que "no se dan las razones para proceder a una acción irreversible" e incidió en que estas mismas oscilaciones de los precios de los metales se han repetido en otras ocasiones. El consejero emplazó a la empresa a buscar soluciones con las administraciones extremeña y andaluza, y advirtió que Río Narcea "lleva muchos años obteniendo importantes beneficios, que son legítimos pero les comprometen con esta tierra". (Río Narcea recibió subvenciones del gobierno extremeño, aunque el plazo legal para mantener la actividad en base a esas ayudas ha expirado).

Por su parte el consejero andaluz sostuvo que "no es excusa suficiente para pegar la estampida" el precio actual del níquel, ya que, "si se aplica esa misma oscilación al precio del cobre o de otros minerales, todas las empresas mineras de Andalucía plantearían la misma decisión", alegó. Sánchez Maldonado apeló a la responsabilidad social de la empresa para que "no salga corriendo cuando las cosas se ponen un poco mal" y aventuró que la "drástica decisión" debe obedecer a otras motivaciones.