Frida Kalho pasó gran parte de su vida en la cama. En ella pintó, se dolió, amó. Fue uno de los paisajes de su infancia, la que se presenta como un cuento sobre el valor y el dolor en el montaje Niña Frida , que une teatro y danza en el escenario de la emeritense Sala Trajano.

Estrenado en Alburquerque el pasado 6 de octubre, ha sido escrito por Rosa Díaz y Cristina D. Silveira y puesto en escena por los extremeños de Karlik y Javier Leoni Producciones. Su carácter infantil lo hace apropiado para menores entre los 7 y los 12 años. Las autoras se apoyan en la biografía de una artista atormentada por la enfermedad y cuyo tema pictórico es fundamentalmente ella misma. La obra pone de relieve cómo Kahlo encontró un refugio en la pintura para superar sus miedos y dolores.