Los funcionarios de los centros penitenciarios de Badajoz y Cáceres protestan por la masificación de sus módulos y para reclamar un incremento de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para garantizar su funcionamiento y los fines encomendados a esta institución, informa la agencia Europa Press. Por ello, se concentraron al mediodía en las puertas de ambos centros penitenciarios, con un resultado "satisfactorio" para los sindicatos CSI-CSIF, ACAIP, UGT y CCOO. Diego Márquez, de CSI-CSIF, explica que los sindicatos vienen realizando estas reivindicaciones desde hace "muchos años" y que el detonante de esta convocatoria ha sido el episodio ocurrido hace unos días en Valencia, donde unos compañeros sufrieron un secuestro y agresiones físicas por parte de unos reclusos amotinados. Por su parte, el responsable de AGE-CCOO de Badajoz, Francisco Luis Jiménez, comenta que la acción de protesta ha sido secundada por el 100 por cien de los funcionarios de la prisión, y que a sus puertas se ha concentrado todo el personal de oficinas y los empleados que se encontraban de descanso, por lo que únicamente han faltado a la cita quienes estaban en ese momento encargados de la vigilancia del centro penitenciario. En su opinión, la actual RPT está "atrasada", por cuanto la proliferación de actividades tales como talleres y cursos formativos en los centros requieren personal, lo que provoca que haya módulos de la cárcel con cientos de presos que estén atendidos por uno, dos o tres funcionarios únicamente. Con respecto al exceso de reclusos en las cárceles extremeñas, el responsable de CSI-CSIF advierte que la prisión de Badajoz está habilitada para 450 internos y, actualmente, alberga a 800; mientras que la de Cáceres tiene capacidad para 300 y, ahora, acoge a 500 presos. De esta forma, mientras que en Extremadura hay plazas para 750 internos, actualmente congregan a unos 1.300, una masificación que alcanza niveles "insoportables", provocando un aumento de los conflictos entre los internos, así como una reducción en la seguridad de los propios funcionarios. Por todo ello, Diego Márquez sostiene que el hacinamiento aumenta la "tensión" entre los internos, que se manifiesta en peleas y agresiones entre los internos, así como en desordenes colectivos que reducen el nivel de seguridad para el personal. Al mismo tiempo, advirte que la población reclusa aumenta a un ritmo superior al que lo hacen el número de plazas en los centros penitenciarios. En concreto, se refirió a la nueva Ley de Tráfico de circulación, que ha incrementado las sanciones y los casos castigados con penas de prisión. Al respecto, se preguntó cuál se será el destino del elevado número de infractores que según las últimas estadísticas podría ser condenados a penas de cárcel. En todo caso, ante la falta de nuevas prisiones que alivien la presión en las actuales, los sindicatos reclaman un incremento del personal encargado de que su buen funcionamiento y cumpliendo con todas las garantías de seguridad.