¿Para cuándo una exposición permanente, o al menos una extensa representación de las distintas etapas la obra del pintor Eduardo Naranjo, en Extremadura? Todo un sueño. Una visión de futuro, quizá no muy lejana, gracias a la voluntad del artista universal y del ayuntamiento de Monesterio, empeñados en sentar las bases de lo que podría ser la Fundación Eduardo Naranjo, en su pueblo natal.

"Hemos mantenido contactos con Eduardo que, como siempre, ha mostrado su máxima disposición para colaborar con Monesterio", explica el alcalde, Antonio Garrote, quien desvela que actualmente desde el consistorio se trabaja en la idea general de este proyecto, para el cual ya se han mantenido contactos con la consejería de Cultura de la Junta de Extremadura y el área de cultura de la Diputación Provincial de Badajoz, con la intención de diseñar la "fórmula más idónea" para sacar adelante esta iniciativa, que ya cuenta incluso con un borrador del que disponen tanto el artista, como estas y otras entidades.

Visión del artista

"Ya hay que ser torero para en estos tiempos de crisis pensar en una fundación mía", sostiene Eduardo Naranjo. "De sueños también se vive. Todo es posible si se hace con ilusión, entusiasmo e imaginación". "El proyecto es muy bonito y puede ser incluso muy beneficioso para el pueblo", manifiesta Naranjo, cuya visión de esta iniciativa pasa por la creación de un espacio "vivo y práctico", un escenario en el que además de la exposición permanente de su obra, se ofrezcan talleres, conferencias y todo aquello relacionado con la promoción del arte; un lugar, dice Naranjo, "donde puedan colgar sus cuadros artistas muy seleccionados". En definitiva, un centro para la divulgación de las artes y la promoción de la cultura, "para el enriquecimiento de la gente en general".

Los fondos

Aún en pañales, este ilusionante proyecto podría contar con la magnífica colección de cuadros propiedad del artista. Obras magistrales que decoran cada habitáculo de su domicilio y que por sí mismas podrían representar los más valiosos fondos de cualquier gran museo. El propio pintor percibe su fundación como un magnífico lugar para la exposición permanente de estos fondos, muy representativos de sus distintas etapas. "La ejecución de este proyecto acallaría la tan repetida pregunta sobre para cuándo y dónde un museo de Eduardo Naranjo en Extremadura", expresa el artista. El mejor lugar, en Monesterio, "cruce de caminos entre comunidades, lugar estratégico, donde hacer algo que realmente merezca la pena".

A la espera de ver cumplido este "sueño" y como mejor aperitivo de lo que podría ser uno de los mayores atractivos culturales para Monesterio, podemos recrearnos con 'El Sueño de las Musas' y sus dibujos preparatorios, que actualmente forman parte de la colección del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac), cedidas por el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. En total, el Meiac alberga entre sus fondos una colección de 54 obras de Naranjo que incluye pinturas, dibujos y obra gráfica.

Exposición en China

En unos pocos días, Eduardo Naranjo volverá a China. Su tercer viaje a este país, "donde me conocen más que España", dice el pintor. Naranjo no viajará solo. Irá acompañado de casi 80 obras que formarán parte de la primera exposición personal de un pintor contemporáneo occidental en aquél país. Su esperada presencia en China surge tras un primer contacto en el que autoridades políticas y académicas quedaron impresionadas con las clases magistrales del artista a un grupo de estudiantes de Bellas Artes de la Universidad de Guangzhou. Ahora, el artista extremeño repetirá esta experiencia durante quince días con alumnos de la Universidad de Pekín, donde Naranjo enlazará con sendas exposiciones en ambas ciudades "para vigilar la seguridad de la obra".

Los incondicionales de Eduardo Naranjo en China, donde por cierto se han vendido innumerables volúmenes de su último libro, podrán disfrutar de una escogida selección de pinturas, bocetos, dibujos, grabados y aguafuertes de sus conocidísimos trabajos sobre 'Poeta en Nueva York', 'Tauromaquia', o cuadros tan emblemáticos, en óleo sobre lienzo, como algún autorretrato, o el que el artista pintó a su nieto Eduardo de pequeño en el jardín.

Pasados unos días de la inauguración de la sala que acoge el Cerdo Universal pintado por Eduardo, en el Museo del Jamón de Monesterio, el artista regresó a su obra. Y lo hizo para plasmar su firma y fechar este cuadro "volumétrico", a treinta de agosto, de 2.016. Restando importancia, como si de un asunto menor se tratase, Naranjo explica que la firma "son las pinceladas, cada trazo que das, hace inconfundible tu obra". Aun así, el artista no ha querido estampar su firma hasta encontrar el lugar definitivo de esta obra, pues "una obra sin firmar, no vale nada".

En este sentido, y como anécdota, el pintor recuerda aquél cuadro que hace muchos años dejó depositado en la vivienda de un escultor cuando el artista pintaba en Zafra becado por la Diputación de Sevilla. Eduardo pensó entonces que su cuadro no estaba terminado y, por lo tanto, carecía de su firma. Pasado el tiempo, tras la muerte de su amigo el escultor, el pintor volvió a ver su obra que había sido heredada por su hermana. "Por despiste o por abandono nunca volví ni a terminarla ni a recoger esa obra", manifiesta Naranjo, quien ante la negativa de entregar el cuadro a su autor, éste le propuso a la heredera donar el cuadro al museo municipal de la ciudad de Zafra. "Ni dijo que sí, ni dijo que no". El artista no lo firmó.