Desde hace muchos años, la Facultad de Filosofía y Letras de la Uex cuenta con una Licenciatura en Historia que tiene en su haber un mérito no siempre conocido: el hecho de ser una de las que mayor demanda ha venido registrando en dicha Facultad por parte de los estudiantes que emprenden sus estudios universitarios. En el actual curso 2008-2009, se han matriculado en esta titulación 38 alumnos en el primer curso, cifra similar a la otra titulación igualmente demandada (Filología Inglesa) y a mucha distancia de otras titulaciones también impartidas en esa Facultad.

PARA atender esa demanda sostenida, el Departamento de Historia de la Uex cuenta con una plantilla profesional (9 catedráticos, 21 profesores titulares y 4 profesores contratados) que abarca las especialidades historiográficas exigibles para sostener la entidad y calidad de la titulación: desde las áreas de Prehistoria e Historia de América, hasta las de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea, además de Historia de la Filosofía y disciplinas instrumentales como la Arqueología, la Paleografía y la Diplomática. Se trata de un colectivo humano dedicado a la práctica de su disciplina con un alto grado de dedicación refrendado por sendos indicadores de calidad docente e investigadora. Véase al respecto el número de publicaciones científicas surgidas de su seno, la serie de actividades y congresos patrocinadas por sus integrantes o el volumen de reconocimientos de méritos investigadores cosechados por una gran parte de dichos profesores. En todos esos ámbitos, el Departamento de Historia de la Uex no tiene nada que envidiar a otros y sí mucho de lo que enorgullecerse con legítima satisfacción.

Lamentablemente, la continuidad de esos estudios históricos en Extremadura ha sido puesta en entredicho de modo grave e irresponsable en los últimos meses. Y el motivo no es la aplicación del bienvenido proceso de convergencia de la enseñanza superior exigido por la Unión Europea. Es algo más gratuito: la reiterada conducta obcecada y prejuiciada de algunos integrantes de la Junta de la Facultad de Filosofía y Letras, que por dos veces consecutivas ha optado por rechazar el nuevo Plan de Estudios del Grado de Historia que fue sometido a su consideración con el refrendo unánime del Departamento de Historia de la Uex.

EL NUEVO Plan responde al trabajo que durante meses ha estado ejecutando una Comisión redactora de la que formaban parte 9 profesores del Departamento de Historia (desde arqueólogos y prehistoriadores hasta medievalistas, modernistas y contemporaneístas, amén de filósofos y americanistas) y un historiador de la Antigüedad. La última propuesta de la Comisión, votada por todos los especialistas del Departamento de Historia, fue un Plan de Estudios de 4 años que se atiene estrictamente a las directrices de la normativa europea y nacional, además de estar a tono con los planes de otras Facultades de Historia españolas. Dicha propuesta fue refrendada por unanimidad en el pleno del Consejo del Departamento de Historia. A juicio de ese alto número de historiadores involucrados, se trata de un plan bueno y conveniente para la continuidad de los estudios históricos en Extremadura. Como toda obra humana, es un plan perfectible y que podría haber sido elaborado de otro modo bajo otros criterios. Pero la totalidad de los miembros del Departamento de Historia, reunidos al efecto en sendas ocasiones formales, estimó que era el mejor Plan de Estudios concebible dadas las condiciones materiales y los recursos humanos disponibles.

POR RAZONES académicas incomprensibles, ese Plan ha sido objeto del rechazo de la Junta de Facultad de Filosofía y Letras en dos ocasiones consecutivas. Es el único caso de rechazo de un Plan que cuenta con ese apoyo masivo de los profesionales concernidos que se ha registado en esta Facultad y, nos tememos, en toda la Universidad, tanto extremeña como española. Es también una grave ofensa pública y reiterada por parte de dicho órgano al conjunto de profesores que constituyeron la comisión redactora del Plan y al colectivo de profesores integrantes del Departamento de Historia, todos los cuales expresaron en público y en privado los fundamentos que avalaban dicho Plan. Sin duda, quisiéranlo o no, la mayoría de los miembros de la Junta de Facultad que desoyeron esos fundamentos han menospreciado el honor profesional de los especialistas que pusieron su nombre, su empeño y su trayectoria académica al servicio de la redacción y defensa de un Plan de Estudios digno de tal consideración, sin atender a otros criterios que los de coherencia, integridad y calidad.

Sencillamente: ¿Cabe entender que colegas que están dedicados al cultivo de la retórica clásica, la lingüística anglosajona, la literatura modernista o la gerencia administrativa puedan vetar, podar o juzgar como incompetente un Plan de Estudios de Historia que cuenta con la aprobación de los integrantes del Departamento de Historia reunido al efecto en sendas y formales ocasiones? ¿Qué cabría decir del hipotético caso contrario? ¿Sería razonable imaginar a un historiador modernista (o funcionario de administración) que tratara de vetar, podar o juzgar como incompetente un Plan de Filología Clásica o la pertinencia de la inclusión de una asignatura denominada Griego Bizantino o Lingüística Indoeuropea ? Con razón diríamos que clama el cielo y habrían de enrojecer de vergüenza los perpetradores y cómplices de tamaña osadía intelectual.

La situación creada es grave. Está en juego la continuidad de los estudios históricos en Extremadura a partir del año 2010. Está en juego el porvenir de una titulación que ha venido proporcionando numerosos alumnos a la Facultad de Filosofía y Letras, un centro nada sobrado de demandantes. Está en juego el honor de un plantel de profesionales que se consideran merecedores de un mejor y más decente trato por parte de otros colegas de disciplinas humanísticas con los que comparten no pocas inquietudes culturales, amén de espacios físicos y universos mentales.

CON HONDO pesar, los historiadores firmantes, con el aval del Departamento de Historia al que pertenecemos, hemos llegado a la conclusión de que es imperativo que esta grave situación deje de estar oculta dentro de los opacos muros de la Facultad de Filosofía y Letras. Ha llegado el momento de poner en conocimiento de la opinión pública, de las autoridades académicas universitarias y de los responsables políticos de la comunidad extremeña la gravedad de la crisis. Si un Plan de Estudios refrendado unánimemente por el Consejo de Departamento de Historia de la Uex sigue estimándose inaceptable por parte de quienes no son competentes para juzgarlo profesionalmente, que sean otras instancias las que intervengan a los efectos oportunos. El mal ha sido hecho. El remedio queda pendiente. Como profesionales de la investigación y la docencia histórica manifestamos nuestra voluntad de hacer posible que los estudios de Historia sigan siendo una realidad viva en el seno de nuestra universidad y comunidad autónoma. Pero son las autoridades académicas y educativas las que tienen el deber y la función de velar por la racionalidad académica, la calidad profesional y el bien común general. En sus manos nos encomendamos.

*Firman este artículo también:Enrique Moradiellos García; María de los Angeles Hernández Bermejo; Juan Javier Enríquez Navascués; Rocío Sánchez Rubio; Ignacio Pavón Soldevila; Fernando Sánchez Marroyo; Alfonso Pinilla García; Miguel Melón Jiménez; José Pablo Blanco Carrasco; Pedro Luis Lorenzo Cadarso; David M. Duque Espino; Miguel Rodríguez Cancho; Fernando Serrano Mangas; Angela Alonso Sánchez; Alfonso Rodríguez Grajera; Mario Pedro Díaz Barrado; J. Fernando Tinoco; Alonso Rodríguez Díaz; Isabel Testón Núñez; Andrés Bravo Carrasco; Mercedes Santillana Pérez; Enrique Cerrillo Martín de Cáceres; Felicísimo García Barriga; Francisco Rico Callado; Antonio Pantoja Chaves: Andoni Alonso Puelles.