Grabasa está más cerca de retomar la actividad y todo pasa por lo que haga la próxima semana la empresa canadiense Fairmont Resources. A finales de julio vence el plazo para depositar el pago pendiente para adquirir la empresa pacense de granito que fue el núcleo económico de Burguillos del Cerro hasta 2009 y ese pago es el único trámite del que depende que Granitos de Badajoz SA (Grabasa) pueda volver a la actividad. Las fuentes consultadas por este diario apelan a la cautela aunque afirman también que es la primera vez en estos cuatro años que hay posibilidades reales de que Grabasa vuelva a funcionar, también porque Fairmont Resources no solo ha ido cumpliendo todos los trámites en los últimos meses, sino que además los ha ido anunciando públicamente ante la posibilidad de adquirir "una de las principales empresas de granito de Europa", como se han referido a la adquisición de la empresa extremeña.

La planta de Grabasa, en concurso de acreedores desde 2009, está en liquidación desde septiembre de 2012, cuando el Juzgado de lo Mercantil Número 1 de Badajoz abrió el proceso por el que salieron los 65 trabajadores de la planta y se enajenaron todos los bienes a la espera de que un inversor devolviera la actividad con otra firma a Grabasa. Ese posible comprador llegó en marzo del 2016 y es una empresa canadiense con sede en Mississauga que busca expandirse por Europa, y ofrece 2,7 millones por la empresa extremeña.

De esa cantidad, Fairmont Resources, depositó 150.000 euros a finales de junio en la cuenta habilitada por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Badajoz, que gestiona el proceso concursal. Los casi 2,6 millones que restan hasta la cantidad acordada es lo que debe abonar antes de que concluya este mes en la misma cuenta.

La empresa canadiense no es la primera que ha mostrado interés por explotar las 22 licencias mineras de Grabasa, pero sí la única que ha ofrecido garantías y ha dado pasos firmes de ese interés como supone el primer pago de junio. "Esta adquisición es un gran paso para hacer realidad nuestra intención de hacer de Fairmont una industria global", señalaba Michael Dehn, presidente de la empresa, tras anunciar la intención de compra de la planta de Burguillos del Cerro.

EN 2017 La intención de Fairmont es, una vez que se materialice la compra, iniciar la actividad poniendo en venta las existencias de granito acumuladas en la fábrica para después retomar la explotación y una actividad normalizada.

Si se completa el pago la próxima semana, el proceso de compra podría finalizar en septiembre por el cese de actividad que hay en agosto en los Juzgados. A partir de ese momento la empresa podría comenzar ya la apuesta a punto de las instalaciones y la maquinaria y retomar la actividad en el horizonte de 2017.

Grabasa cuenta con una planta de 42.000 metros cuadrados y una capacidad de producción anual de 250.000 metros cuadrados a través de 22 licencias mineras. De ellas, según la Consejería de Industria, una se encuentra en trámite de prórroga de vigencia en la dirección General de Industria, Energía y Minas; en dos venció el período de vigencia y se ha solicitado la prórroga por otros 30 años para una; una licencia venció en mayo y no hay constancia de que haya solicitado una prórroga y otra vencerá en 2018 y tendría que iniciar ya la solicitud de prórroga.

Los pasos que ha ido dando la empresa canadiense han generado expectación en la localidad. "Han sido cuatro años muy duros de desempleo porque los trabajadores apostaron muy fuerte por ella", recuerda el alcalde de la localidad, Manuel Lima. "Esperemos que los resultados finales sean los esperados, estamos expectantes, pero desde la prudencia", afirma. Grabasa llegó a emplear más de 80 personas en los mejores años. Cuando se liquidó la empresa había 66 trabajadores.