Llegó la hora. Tras meses, incluso años de estudio, miles de extremeños se enfrentaron ayer a un examen decisivo que, a pesar del elevado número de aspirantes, tan solo cambiará la vida profesional de unos cuantos. Los campus universitarios de Cáceres, Badajoz y Mérida acogieron el desarrollo de los exámenes para ocupar una de las 396 plazas fijas como celador en el Servicio Extremeño de Salud (SES), sumando en ellas el turno libre, el de discapacidad y el de promoción interna.

Un total de 33.204 aspirantes estaban inscritos, aunque finalmente se presentaron a la convocatoria 15.009 opositores, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, que destaca que la jornada se desarrolló con «normalidad». El elevado número de inscritos obligó al SES a establecer dos tandas de examen, una por la mañana y otro por la tarde, que contaron con 600 colaboradores a nivel organizativo y de control del proceso de oposición.

En el turno de mañana, de los 16.117 convocados por libre, se presentaron 7.143 lo que representa un 44,32%; de los 1.133 aspirantes a plaza de discapacidad acudieron 468, es decir, el 41,3%. El turno de promoción interna finalizó en la mañana con un total de 38 aspirantes de los 52 convocados (un 73,07%). Por la tarde, 14.887 personas estaban admitidas para el turno libre y se presentaron 6.877, el 46,19%. En las plazas para discapacidad asistieron 483 opositores de los 1.067 convocados, es decir, el 45,3%.

Muchos de los aspirantes ya son interinos, por lo que juegan con ventaja en este proceso selectivo que se desarrolla en dos fases: una primera de oposición y la segunda de concurso para quienes aprueben la primera parte. Los exámenes de ayer se llevaron a cabo en 11 sedes de Badajoz, Cáceres y Mérida.

Delia Coco, una de las opositoras que se presentó a la convocatoria en la capital extremeña, señaló que había estudiado «fuerte» durante los dos últimos meses porque no podía compatibilizar el estudio con su vida familiar. «Lo que más me quitaba las ganas de estudiar era que se presentase tantísima gente», afirmaba minutos antes de entrar al examen. Una amiga de Delia que estaba con ella fuera del recinto ferial emeritense, a la espera de que las llamasen para acceder oficialmente a la prueba teórica, reconoció que llevaba dos años estudiando para conseguir una plaza y que le daba miedo quedarse en blanco: «Te juegas tu futuro».