El futuro del sector tabaquero en la región pasa por tres pilares claves: la diversificación de cultivos, la unión de los cultivadores en proyectos comunes, como por ejemplo los secaderos, y la reducción de las agrupaciones de productores de siete a dos. Esta la radiografía que realizó ayer el consejero de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan María Vázquez, de un sector al que calificó de "ilusionado" y "joven".

Según su propio análisis, parece que las cosas caminan en la dirección marcada. "Son ahora dos o tres años decisivos para dejar a toda la zona que podemos considerar tabaquera en unas condiciones mucho mejor de lo que estaban hace dos o tres años", remarcó. De momento, Vázquez visitó en Rosalejo el suelo donde la cooperativa Tabacoex levantará un secadero comunitario, uno de los viales por los que se avanza hacia un futuro seguro y más competitivo.

"Yo creo que ahora hay un reto que es pensar hacer competitivo al tabaco para que en un momento determinado pueda sobrevivir incluso sin ayudas, o con un nivel de ayudas mínimo asociado a cuestiones agroambientales como pueda tener otro cultivo. Eso exige mejoras de calidad que curiosamente coinciden con el nuevo modelo de secado, que mejora la calidad del tabaco", expuso Vázquez.

En Rosalejo, algo más de una veintena de tabaqueros construirán, antes de agosto, una batería de secaderos donde se seleccionarán unos 750.000 kilos de tabaco. La inversión será de 2,4 millones de euros, de los que está previsto que la Junta de Extremadura financie el 60% a través del Plan de Apoyo al Sector Tabaquero. La peculiaridad de esta edificación radica en el ahorro de costes en combustible al utilizar la biomasa como motor energético (puede ser con hueso de aceituna o con cáscara de almendras), lo que hará al producto final más competitivo y de mayor calidad. Ya hay un precedente en Losar de la Vera, donde la experiencia ha sido positiva y se amortizó en dos años.

Más allá de estas construcciones comunitarias, el consejero abogó por la unión del sector como arma en la que basar el avance. La adquisición de maquinaria para uso común o la reducción de las asociaciones de productores de tabaco de las siete actuales hasta dos son dos medidas mencionadas. "Hay que asumir entre todos la cultura de la unión", añadió el titular de Agricultura.

Y todo esto sin olvidar la necesidad de diversificar el sector y darle contenido los meses en los que no se produce tabaco. "El tabaco exige una dedicación plena durante cuatro o cincos meses al año, pues el resto del tiempo tiene que haber otras actividades", afirmó al tiempo que dio algunos ejemplos: los árboles frutales de hueso, los almendros, la ganadería intensiva o la producción de cultivos energéticos para biomasa. Una línea, esta última, que entronca con los secaderos comunitarios, que se alimentan con biomasa, "por lo que va a poder haber un complemento entre la producción y el uso de esa producción en la propia zona".