Compartir la producción de acero corrugado con las otras dos siderúrgicas que el Grupo Alfonso Gallardo (AG) posee en España, ubicadas en Azpeitia (Guipúzcoa) y Getafe es la clave. Para el comité de empresa de Siderúrgica Balboa si se compartiera la producción se evitaría tener que despedir a 237 trabajadores, tal como se plantea en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que esta compañía ha presentado. De momento, ninguna de estas dos plantas ha afrontado un expediente extintivo y fuentes del Grupo AG señalaron el pasado lunes, día en el que se presentó el ERE, que "no se contempla la posibilidad" de poner en marcha medidas similares en ninguna otra sociedad del grupo. El porqué se concentran los despidos en Jerez, es algo sobre lo que Siderúrgica Balboa ha declinado hacer declaraciones.

En la provincia de Guipúzcoa el Grupo Gallardo cuenta con dos industrias, Corrugados Azpeitia y Corrugados Lasao, que adquirió en el año 2005 a Arcelor junto a Corrugados Getafe. La planta de Azpeitia --única de las dos vascas que cuenta con acería-- tiene una capacidad de producción de un millón de toneladas y da empleo a 448 trabajadores. De ellos, 418 han quedado incluidos en un ERE de carácter suspensivo que dio comienzo el mes pasado y que supondrá, a lo sumo, 90 días fuera de la empresa para cada empleado. Estas fueron las condiciones que aceptó la Delegación de Trabajo de Guipúzcoa, ya que la medida se aprobó sin acuerdo con los trabajadores. "El ERE no viene a cuento, porque trabajo hay, y mucho", afirma Andoni Eizmendi, responsable del metal de la comarca Urola Kosta del sindicato ELA --junto a LAB, único en tener representación en el comité de empresa--, para quien detrás de esta medida solo está el deseo de la empresa de "ahorrar dinero y flexibilizar jornadas". Eizmendi resalta que, incluso, el 2009 "fue año de producción récord", por lo que no cree que en esta empresa vayan a producirse otras medidas de regulación de empleo. En este sentido, señala que aunque el mercado del acero corrugado en España haya bajado, fuera la exportación de este material se mantiene en buenos niveles. En Corrugados Lasao se desarrolla otro ERE suspensivo (también con 90 días de tope) que afecta a 17 de sus 72 trabajadores.

SITUACION EN GETAFE El año pasado el Grupo Gallardo planteó un ERE suspensivo de "varios meses" para la práctica totalidad de la plantilla de Corrugados Getafe (integrada por 216 trabajadores). Finalmente la autoridad laboral lo dejó en 45 de los que finalmente solo se cumplieron 21, según explica José Benítez, responsable de la sección sindical de CCOO en esta empresa, que cifra en unas 450.000 las toneladas producidas en el 2009 (unas cien mil menos que el año anterior).

Ahora se está en fase de negociación de otro ERE suspensivo. Lo que se propuso en un principio era mantener cerrada la fábrica de mayo a diciembre, pero en la última reunión con los trabajadores (el pasado miércoles) la empresa había fijado en 50 los días de suspensión para cada empleado "a repartir hasta mayo del 2011, lo que da pie a pensar que en realidad no lo necesitan. Lo que quieren es que le aprueben un colchón de días para manejarlo a su antojo", dice Benítez. "Una de las razones que da es la carestía de la chatarra, pero la chatarra está al mismo precio para todo el mundo y, sin embargo, el resto de siderúrgicas están retirando los ERE y relanzando la producción. Todos menos el Grupo Gallardo", cuenta este responsable sindical, que incide en que el de Jerez es el primer ERE extintivo que presenta un grupo siderúrgico en España. Benítez considera que las medidas de regulación de empleo deberían repartirse "solidariamente" entre todas las plantas y lamenta que se haya delegado "toda la gestión del corrugado en Azpeitia", lo que crea una situación de "desventaja" para las otras fábricas. "Aquí no existe una política de grupo", sostiene.

En la ciudad alemana de Unterwellenborn (estado de Thuringia) el Grupo Gallardo posee desde el 2007 otra siderúrgica. Produce perfiles estructurales, con una capacidad de hasta un millón de toneladas. Ni Juan Méndez, presidente del comité de empresa de Siderúrgica Balboa, ni José Benítez, tienen constancia de que se haya desarrollado hasta la fecha ninguna medida de regulación de empleo en esta industria, en la que trabajan unas 700 personas.