El Grupo Gallardo se comprometió ayer a buscar un nuevo emplazamiento para la Refinería Balboa si se demuestra de forma científica que será nociva para el sector agrario. En este sentido, representantes del grupo jerezano avanzaron que se va a encargar el desarrollo de un estudio independiente sobre los efectos que tendría la planta petroquímica en el entorno en el que está previsto que se ubique, es decir, entre Fuente del Maestre, Villafranca de los Barros y Los Santos de Maimona.

Si este informe demuestra que la actividad de la refinería es perjudicial para la actividad agraria, especialmente importante en una zona dedicada en su gran mayoría al viñedo y el olivar, la empresa buscaría una ubicación alternativa. El Grupo Gallardo está barajando varias posibilidades para llevar a cabo este estudio, aunque fuentes de la compañía aseguran que están "abiertos a las sugerencias" de todas las personas interesadas en el proyecto. Entre otras opciones se contemplan las de la Universidad de Extremadura, un ente internacional o una sociedad científica, y en cualquier caso se trataría de un organismo "que tenga la suficiente credibilidad".

TENSA REUNION El grupo empresarial realizó este anuncio ayer durante la reunión que mantuvo en un abarrotado Ayuntamiento de Villafranca de los Barros con los representantes de las organizaciones agrarias de la zona, un encuentro al que se sumaron numerosos agricultores y vecinos. La entrevista se desarrolló en un ambiente tenso, puesto que el sector agrario de la zona no estaba conforme con las explicaciones técnicas que daban los representantes del Grupo Gallardo. De hecho, finalmente la reunión se suspendió --después de dos horas de debate-- debido a la imposibilidad de exponer el proyecto por parte de los técnicos ante las continuas interrupciones de los asistentes, aunque la empresa se puso a disposición de los agricultores para facilitarles más información en cualquier momento.

El técnico de procesos del Grupo Gallardo, Edgar Rasquin, quiso lanzar un mensaje de tranquilidar, y explicó que "la normativa actual en materia de medio ambiente es muy restrictiva", por lo que no se puede extrapolar "la situación de los años en que se crearon las otras refinerías". Además, Rasquin recordó que "hay muchos lugares donde cohabitan las refinerías y las explotaciones agrarias", como en Francia, por lo que están reuniendo toda la documentación necesaria "para tranquilizar a este sector".

Por lo que se refiere a la postura adoptada por los agricultores de la zona, mostraron sus dudas sobre los efectos que la refinería producirá a medio y largo plazo sobre los cultivos. Además, se mostraron convencidos de que, en cualquier caso, dañará irremediablemente la imagen de los productos de la zona, y llegaron a preguntar "si alguien compraría un vino de Almaraz".