Usar internet supone un ahorro y no solo de tiempo, también de dinero. Lo demuestra la última iniciativa de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, que abonará el gasto de la guía ganadera --el documento obligatorio para el traslado del ganado-- a todos los ganadores que gestionen el trámite necesario a través de internet en la Oficina Veterinaria Virtual, que lleva en marcha más de un año y permite otras acciones. Apenas supone un ahorro anual de entre los 10 hasta los 200 euros al año, dependiendo del ganado, "pero todo lo que sea informatizar el medio rural nos viene bien y es positivo", explica Maxi Alcón, secretario de Administración y Recursos de UPA-UCE.

Esta medida se incluye en la reciente Ley de Medidas Fiscales y Administrativas aprobada la última semana de diciembre en la Asamblea y supone el ahorro de los costes por los servicios facultativos correspondientes a la extensión del certificado de movimiento pecuario que acredita que los animales proceden de zonas no infectadas y que no padecen enfermedades infectocontagiosas o parasitarias difusibles, reseña la consejería.

El importe por certificado de movimiento pecuario es de 1,91 euros y por cada animal a trasladar varía desde 0,04 euros por colmena hasta 1,37 euros por cabeza de bovino adulto y por equino. Además, si se trata de ganado selecto, de deportes y espectáculos, devengará doble tarifa. "El coste no es muy elevado, al año una ganadería normal con 50 o 60 vacas tiene que pagar unos 40 o 50 euros por la guía", por lo que el ahorro no es mucho ni para muchos, puesto que aunque se trata de un documento obligatorio apenas el 10% de los ganaderos realizan trámites vía internet, pero lo que significa va mucho más alla. "Se gana en comodidad, en operatividad y además se evitan costes", asegura el secretario regional APAG-Asaja, Manuel Laparra, encantado con la gran ventaja que supone la red para este sector y esperanzado en que con el tiempo "se convierta en una rutina".

Lo mismo piensa Pedro Domingo, gerente de la cooperativa ganadera de Valdefuentes y uno de los primeros en probar en la región el nuevo sistema que permite informatizar la labor del ganadero, el programa Cañada, que además de tramitar las guías ganaderas --se recibe un sms cuando está firmada--, ofrece información sobre las explotaciones, historial de calificación en las campañas de saneamiento ganadero, censos, historial de movimientos, especies registradas, y se pueden realizar otros trámites on line, como la declaración del censo ganaderos.

"El sistema evita desplazamientos y gastos, pero pocos ganaderos lo usan porque es un sector envejecido, con una media de 50 años, y no están muy interesados ni muy puestos en las nuevas tecnologías", explica. Del centenar de socios de esta cooperativa apenas una treintena obtiene la guía ganadera por este medio "y la mayoría porque se lo hago yo desde la cooperativa".

Desde UPA-UCE lo achancan también a otros motivos. "Información hay, lo que pasa es que el sistema es lento, tarda mucho en hacer la gestión y necesita perfeccionarse, supongo que será cuestión de tiempo. Por eso mucha gente si tiene una oficina veterinaria cerca prefiere acercarse y gestionar la guía en persona, de momento no es tan operativo como nos gustaría", explica el secretario de Administración de UPA-UCE

Según los datos de la Administración tan solo el 10% de los ganaderos ha hecho uso de la Oficina Veterinaria Virtual para solicitar este documento obligatorio. Se han emitido 72.700 movimientos individuales y solo 7.152 se han realizado de forma virtual.

Hasta noviembre, casi un año después de su puesta en marcha, esta oficina virtual registró 106.023 visitas de 6.885 administrados distintos, lo que supone una media de más de 15 visitas por cada uno y año. Además, se han realizado 12.141 declaraciones de censo de 5.125 explotaciones distintas.

"No cabe duda de que todo lo que sea avanzar en nuevas tecnologías en el mundo agrario es un ventaja y nos aporta comodidad, pero eso desde luego no es la solución al problema que tiene el sector", recuerda Alcón. Las consecuencias de una complicada sequía en 2012, el precio del cereal y la diferencia de coste entre productor y consumidor mantienen entre las cuerdas al sector.