El saber no ocupa lugar, pero sí tiene un precio, que puede ser desproporcionado si no se tiene cuidado frente a las diferentes ofertas que hay en el mercado. Es el caso de las agencias de cursos de idiomas en el extranjero, muchas de las cuales operan sin el control legal necesario. La Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) advierte que antes de contratar un curso de este tipo debe cotejar varias ofertas y analizar con atención todos los servicios que se ofrecen y si están incluidos en el precio. De lo contrario, puede sufrir un timo.

Son muchos los motivos que impulsan a los más de 180.000 jóvenes españoles que deciden estudiar en otro país. Ya sea para perfeccionar los conocimientos de otros idiomas, seguir investigando o aprovechar el periodo vacacional para hacer turismo aprendiendo idiomas, estudiantes de diferentes niveles educativos deciden cada vez más pasar el período estival en el extranjero. La mayoría de ellos son menores de edad y lo hacen durante los meses de verano con el objetivo de aprender inglés --el idioma más demandado-- como segunda lengua, y de ellos, el 60% son mujeres.

Los principales destinos que escogen los españoles para estudiar idiomas son el Reino Unido e Irlanda, aunque quienes repiten experiencia lo hacen en Estados Unidos y Canadá; pero las ofertas llegan desde Islandia, Malta, Suiza, Austria...

En la actualidad existen más de 200 empresas en España que se dedican a este sector y que mueven alrededor de los 450 millones de euros.

Sin embargo, este idílico viaje con tan digno fin puede convertirse en una pesadilla, sobre todo para los padres que pagan el curso, ya que pueden perder entre 1.200 y 2.400 euros si no tienen cuidado con la opción elegida para estudiar.

Consejos

Para evitar males mayores, la UCE recomienda que antes de contratar un curso se comparen las distintas ofertas que hay en el mercado, teniendo en cuenta tanto el precio como la calidad de los servicios, comprobar si la agencia funciona todo el año, si pertenece a alguna asociación y la experiencia que tiene en el sector.

Además, es muy importante guardar los folletos publicitarios, exigir el contrato y establecer garantías de pago. A la hora de reclamar, lo mejor es pedir ayuda en una asociación de consumidores.