El presidente de Caja Badajoz, Francisco García Peña, valoró ayer que esta entidad haya "sobrevivido" al proceso de reestructuración de las cajas de ahorro habido en España, en el que muchas han desaparecido, aunque en este camino haya perdido alrededor del 50% de sus recursos propios hasta poco más de 100 millones de euros.

Así lo reconoció en la Comisión no Permanente de Investigación del Parlamento de Extremadura sobre el proceso de integración de Caja Badajoz en Caja3, junto a Caja Círculo de Burgos y Caja Inmaculada de Zaragoza. En respuesta a un pregunta del diputado socialista Miguel Bernal, indicó que, como ha ocurrido con los particulares, las empresas, la vivienda o el sistema financiero, el valor de Caja Badajoz se ha "deteriorado" desde que en mayo del 2010 emprendiera el proceso de fusión. Los recursos propios que tenía en ese momento (335 millones), que, a su juicio, determina el valor de una entidad, se han depreciado en alrededor del 50%. Pese a esta perdida de valor, en la media del sector, y los avatares que ha vivido Caja Extremadura en un integración en Caja3, como la tardía información sobre la exposición de Caja Círculo y la CAI al ladrillo, se ha mostrado satisfecho con el resultado final.

A su juicio, se han cumplido los objetivos que Caja Badajoz se había planteado: la salida de los trabajadores en las mejores condiciones --los 303 han sido bajas voluntarias--, la continuidad de la Obra Social y conseguir una entidad de futuro que mantiene su marca tras la unión de Caja3 con Ibercaja. Además, valoró que tras conocerse los activos "tóxicos" de sus socios, renegociaron su peso en Caja3 que pasó del 24,3% al 29 y finalmente al 32%, y apuntó que ahora existe una cláusula que si hubiera que hacer nuevos ajustes de cuota, estos no afectarían a Caja Badajoz.

García Peña, que subrayó que tienen un puesto y una cuota del 4% de Ibercaja, aseguró que tras conocer los datos negativos de sus socios no hubo más remedio que buscar una solución dentro del Sistema Integral de Protección (SIP). La decisión fue "colegiada", dijo, a la vista de la negativa del Banco de España a que abandonaran el SIP, ya que tenía miedo a un "escándalo" internacional ante el riesgo de intervención del país, las penalizaciones y los problemas de un litigio. Aunque expresó su malestar hacia el Banco de España, ya que los malos resultados de sus socios se conocieron cuando ya se había firmado el contrato del SIP, precisó que él no recibió presiones y que si otros las percibieron debieron haberlas expuesto en los órganos de la caja.

Al diputado popular José Angel Sánchez Juliá le respondió que ahora se pueden hacer "cantos al sol", pero subrayó que en la renegociación del peso de Caja Badajoz había que tener "sentido común" a la hora de "estirar la cuerda". García Peña, que subió el tono ante las preguntas del PP, afirmó que internamente transmitió el cien por cien de la información que obraba en su poder y que también hubo "conocimiento político" de los pasos que daban. Asimismo, admitió que en el 2010 no supo quiénes estaban tras Intermoney, la sociedad de valores que propuso el SIP con Caja Círculo y la CAI, y que no hizo ninguna gestión al respeto, aunque tampoco cree que fuera necesario. Ante la petición de Damián Beneyto, de Prex-Crex, García Peña argumentó que pese a ser unas de las entidades más solventes de España, era "muy complicado" haber seguido solos, porque el gasto de estructura --998 empleados y 216 oficinas-- era importante y el negocio reducido.