El patrimonio medioambiental de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte, no ha sufrido daños "irreparables" por el incendio del pasado mes de agosto y se recuperará con "relativa" rapidez, según el director general de Medio Ambiente, Pedro Muñoz.

Este participó ayer en la reunión de la Junta Rectora de la Reserva Natural, en la que participaron la consejera de Medio Ambiente, los alcaldes de Jerte, Tornavacas y Cabezuela, organizaciones ecologistas, Mancomunidad del Valle del Jerte, Uex, cooperativas, sociedades de pescadores y cazadores, entre otros. Durante el encuentro, los técnicos de Medio Ambiente presentaron cuatro informes, en los que se detallan diversos aspectos del incendio, y un estudio encargado a la Oficina Universitaria de Medio Ambiente de la Uex.

Los informes presentados se han detenido en el análisis del incendio y las dificultades que planteó su extinción por las característicos del terreno, las repercusiones forestales, la afección a los valores naturales y la incidencia en la actividad cinegética. Por su parte, el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios presentó un informe con los datos de la evolución e incidencia del fuego.

Según el informe técnico, la recuperación de la vegetación, tras el incendio, "se espera que sea rápida y los daños a la vegetación y al suelo leves, salvo casos puntuales", apuntó la Junta en una nota.

Por lo que respecta a las repercusiones medioambientales, el informe elaborado por el Servicio de Conservación de la Naturaleza y Areas Protegidas detalla que la zona incendiada, pese a ser importante por la superficie afectada (1.093,98 hectáreas), no se corresponde con las áreas de "gran valor ambiental" de la reserva.

Tampoco se ha visto afectada la alta montaña de Gredos ni los parajes y rutas que habitualmente visitan quienes se acercan a la reserva.

De igual forma, las gargantas del interior del terreno quemado de mayor valor ambiental (Garganta Hoyona y Garganta Guindalera o el Búho) que albergan los mejores ejemplares de tejos, abedules, sauce cabruno, acebos o alisos, se han salvado en general (los dos tejos adultos de 400 y 350 años de edad están sanos y salvos).

Los daños a la fauna han sido "muy limitados", aunque se producirán desplazamientos poblacionales tanto en ciervo como en cabra montés.