Garrovillas de Alconétar se ha sumado a los municipios extremeños que han decidido regular con una sola norma la convivencia vecinal y las actividades en la calle. Así, el consistorio en su último pleno ha aprobado una ordenanza bajo el nombre de Convivencia y Seguridad Ciudadana en el Espacio Público.

La alcaldesa de Garrovillas de Alconétar, Elisabeth Martín, explica que la aplicación de esta ordenanza no se debe a que exista en el municipio ningún problema concreto al respecto, sino que hace suya una propuesta de la Federación Extremeña de Municipios y Provincias (Fempex) que recomendaba unificar todas las disposiciones que abordan problemas como las pintadas, la pegada de carteles, dónde colocar los residuos, el abandono de muebles o vehículos, las necesidades fisiológicas de los animales durante sus paseos, la venta ambulante, el uso de petardos o la mendicidad, entre otras cuestiones que se plantean en el día a día de un pueblo.

Son muchos los municipios extremeños que han aprobado esta ordenanza-tipo, entre ellos algunos de la comarca de Tajo-Salor como Casar de Cáceres. De hecho, la idea de que Garrovillas la asumiera surgió durante una reunión de la mancomunidad, según explica la alcaldesa Elisabeth Martín. En un principio, la adopción de esta ordenanza estaba prevista en el mes de marzo, pero la pandemia del coronavirus pospuso su aprobación, que ha sido en el último pleno del mes de junio.

La normativa cuenta con un catálogo de infracciones y sanciones aplicables que hacen mucho más fácil la tramitación de una denuncia o abrir un expediente.

En Garrovillas no existe ningún problema de mendicidad o prostitución, aclara la alcaldesa, pero la ordenanza contiene apartados que regulan expresamente estos dos aspectos, estableciendo multas de hasta 3.000 euros por infracciones relacionadas con solicitar servicios de prostitución en la vía pública y de hasta 1.500 euros por conductas de mendicidad en espacios públicos. La ordenanza no afecta a las «actividades musicales, artísticas y de animación de calle ejercidas en la vía pública de forma puntual y no periódica; siempre que se solicite la dádiva de forma no coactiva y como contraprestación a la actuación realizada».

El objetivo es poner más claro y renovar algunas normas de convivencia para resolver conflictos personales entre vecinos, sin intención alguna de regular sus vidas