El último inventario medioambiental realizado por el sindicato Comisiones Obreras y la publicación especializada World Watch señala que la emisión de gases de efecto invernadero --los que causan daños a la capa de ozono-- se han disparado en la comunidad autónoma.

En este sentido, este estudio apunta que desde 1990 la presencia de estos gases contaminantes en el aire extremeño ha aumentado nada menos que un 55%, lo que supone un incremente de hasta 15 puntos por encima de la media nacional. Aún así, al partir de una posición inicial menos contaminante la región extremeña sigue muy por debajo de la media española en este ámbito.

CADA VEZ PEOR El problema es que en los últimos años la situación, lejos de remitir, parece que va a peor. De hecho, el informe que se refiere al 2003 apunta que sólo en ese año las emisiones de gases invernadero volvieron a aumentar en Extremadura por encima del 2,5%, es decir, el triple que en el conjunto del país. De esta forma, el medio ambiente recibió algo más de 8,7 millones de toneladas de estos contaminantes, que medidas en el estudio en dióxido de carbono (CO2) equivalente.

Entre los gases con más presencia en la atmósfera extremeña se sitúan el metano y el óxido nitroso, según fuentes de la citada revista especializada, aunque aún se mantienen por debajo de los límites permitidos por la actual normativa medioambiental. La parte más negativa es que, como confirma este estudio, el volumen de estos gases se ha incrementado desde 1990 "más del triple de lo permitido en el protocolo de Kioto".

Todos estos informes medioambientales apuntan directamente al sector del transporte regional como principal culpable de esta situación negativa, aunque también se han incrementado notablemente las emisiones en la agricultura y en la ganadería.