Las sociedades modernas avanzan y tratan de ofrecer las mejores infraestructuras a sus habitantes. No obstante, estos avances, en ocasiones, también tienen efectos colaterales. Las autovías son un ejemplo ya que si para muchos suponen un activo en el desarrollo de las ciudades, para las gasolineras, a veces, son un quebradero de cabeza al dejarlas apartadas en carreteras secundarias. No obstante, la mayoría de éstas han plantado cara al asfalto y siguen, por suerte, escuchando el "lleno, por favor". "Algunos han optado por hacer las maletas y ubicar las estaciones en plena autovía, mientras que otros deciden seguir en la carretera secundaria, aunque, eso sí, amplían sus servicios para no perder a los clientes, como puede ser con un lavado de coches", comenta Fernando Mena, presidente de la Asociación Regional de Estaciones de Servicio de Extremadura.

Una situación que cada gasolinera vive de manera muy particular. "Cada día que la veo me pregunto para qué la han hecho, no creo que haya una demanda suficiente como para haber gastado tanto dinero en esta autovía", comenta Rubén Aparicio, sobre el tramo de la autovía Ex-A1, entre Coria y Moraleja, que han construido a 500 metros de la gasolinera que regenta y que le ha dejado alejado de algunos conductores. Una lejanía que le ha abierto una pequeña grieta en el bolsillo ya que desde que este tramo se abrió hace cuatro años, los turismos y camiones que pasan por la vía secundaria Ex-109, "se han reducido en más de la mitad". Esto, traducido en números, se convierte en 400.000 litros de carburante que venden menos al año, lo que ha ocasionado que la plantilla se haya visto reducida de 3 a 2 empleados. No obstante, y a pesar de este tsunami del asfalto, Rubén está confiado en que con la clientela que tiene podrá seguir manteniendo activo el negocio, principalmente, gracias a los camiones. "Muchos son clientes fijos porque tienen la tarjeta petrolera y entran en la carretera secundaria para repostar aquí", afirma.

No obstante, con el fin de seguir plantando cara a la autovía, Rubén se ha puesto manos a la obra y trata de seguir conquistando a sus clientes con nuevos servicios como es la instalación de una máquina de café, que se suma a la pequeña tienda. Día a día trata de sacar adelante este negocio que tiene enfrente una autovía que tiene otro inconveniente al carecer de indicadores de la estación. "Nos llegó una carta de Fomento en la que nos pedían 6.000 euros por cada panel informativo que se pusiera a cada lado de la autovía para indicar la gasolinera, pero no los pusimos por el alto coste", reconoce. No obstante, cree que si se hubiera mejorado la carretera secundaria, en lugar de construir la autovía, "pienso que habría sido menos costoso para las arcas públicas y habría dado el mismo servicio a los conductores".

El asfalto de la autovía Ex-A1 también ha llegado hasta Carlos Pérez, encargado de la gasolinera que está en la vía secundaria Ex-108, entre Coria y Puebla de Argeme, aunque en su caso la autovía, que cada día la ve desde el otro lado y que lleva a Navalmoral, la considera un regalo. "Podemos decir que hemos duplicado las ventas, ahora circulan muchos camiones portugueses que hacen la ruta Madrid-Lisboa y viceversa, creemos que es porque por aquí no pagan peaje", manifiesta. Una circunstancia que incluso ha llevado a la empresa a incrementar su plantilla pasando de 3 a 5 trabajadores. No obstante, y con miras a mantener este crecimiento, han apostado por incorporar una máquina expendedora de tabaco y la prestación de butano. "Cuando hicieron la autovía nos temíamos lo peor, pero ha sido lo contrario", asegura satisfecho. En su caso además tiene el privilegio de que su estación tiene una visibilidad muy buena desde la propia autovía.

También y, a pocos kilómetros de Coria, se encuentra Carlos Herrero, responsable de la estación de servicio que está pegando a la carretera secundaria Ex-109, y a pocos metros de la autovía A-66, que comunica Coria con Cáceres y a la cual también ha logrado vencer. "Siempre se nota algo y te queda un poco fuera de juego", comenta. Respecto a las ventas, reconoce que el paso de vehículos ha bajado un 30 por ciento", pero, por fortuna, con la clientela que tiene, le permite seguir resistiendo y conservar la plantilla de 3 empleados.