Oser accesibles o tener empleados. Son las dos opciones con que contarán las gasolineras llamadas low cost (de bajo coste) en Extremadura. La Junta ha tenido que modificar, de nuevo, el Estatuto de los Consumidores para buscar el equilibrio entre dos factores: que las personas con discapacidad física y que tienen autonomía para conducir puedan acceder a un punto de suministro; y que se permita el libre mercado sin invadir competencias estatales. El resultado es una nueva normativa -que está previsto que se debata este jueves en la Asamblea- que no multará a las estaciones de servicio sin trabajadores siempre y cuando estén adaptadas.

¿Pero cuál es la realidad? «Que no hay gasolineras ni en Extremadura ni en España, y probablemente ni en Europa, en donde sea posible esa accesibilidad sin una persona que atienda al cliente. Pero ahora la clave está en que se da la opción de que se modifique la estructura para que sí exista ese modelo», tal y como explica Jesús Gumiel, presidente de Cocemfe (Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica) y miembro del Cermi, el comité que ha llevado este asunto a la Unión Europea para que se respeten los derechos de todos los consumidores.

LAS CARACTERÍSTICAS / Lo cierto es que, ahora mismo, el centenar de gasolineras sin empleados que funciona en Extremadura serían multadas si entrara el vigor la nueva normativa, ya que no ofrecen las condiciones de adaptabilidad que se exigirían: al menos un punto de suministro accesible.

¿Qué significa? Básicamente, que el cliente con movilidad reducida que va al volante no tenga que bajarse del coche. O que no tenga que manipular la manguera para evitar riesgos con el combustible. «Un ejemplo sería un vehículo que entra en una zona y hay un sistema que abre automáticamente la puerta del depósito. Tardaremos años en llegar a esa tecnología, pero terminará existiendo. Pero hasta ese momento, no se puede eliminar al personal», explica Jesús Gumiel.

DESDE EL OTRO LADO / A este planteamiento, desde el otro lado, responde José Laín como miembro del sector de las low cost: «Hay muchas gasolineras que sí tienen empleados y que no asisten fuera a los clientes. Además, a determinadas horas los trabajadores no pueden salir de la caja por motivos de seguridad. Digamos las cosas claras. Lo que quieren es reducir la competencia de manera encubierta refugiándose en el tema de la discapacidad».

Ahora toca debatir la nueva propuesta que ha desarrollado el grupo parlamentario socialista para adaptarse a las necesidades de los consumidores con movilidad reducida sin incurrir en la libre competencia.