Las estaciones de servicio de Extremadura han sufrido en los últimos cuatro meses más de una veintena de atracos, según los datos aportados ayer por el sindicato Comisiones Obreras. Ante esta situación, este sindicato reclama la puesta en marcha de nuevas medidas de seguridad y la creación de una mesa negociadora a tres bandas con la presencia de la Delegación del Gobierno y la patronal del sector.

Alfredo Orella, responsable estatal del sector de gasolineras de CCOO, explicó que el problema está empezando "a ser muy grave", por lo que exigió una reacción inmediata de todos los sectores implicados. En este sentido, afirmó que hace aproximadamente un año y medio solicitaron una reunión con el delegado del Gobierno, Oscar Baselga, para abordar la creciente peligrosidad que afrontan los trabajadores de las gasolineras.

De esta forma, hace unos meses se produjo un encuentro pero fue con la subdelegada Gobierno en Badajoz, Rosario Habela, "que nos ha dado largas". Sin embargo, fuentes de la Delegación del Gobierno en Extremadura garantizaron ayer que "no ha habido ninguna petición de encuentro" en el último año.

Orella señaló que es necesario tomar medidas cuanto antes "para evitar que ocurra una tragedia". Entre otras cosas, piden que se instalen cámaras de seguridad y cristales blindados, así como que que se contraten guardias de seguridad y que agentes de la Guardia Civil y la Policía Local incluyan las gasolineras en sus rondas nocturnas. La clave, añadió Orella, es que en horario nocturno los empleados de las estaciones de servicio no salgan de la oficina.

Casto Bravo, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio, dejó claro que los empresarios no pueden asumir el coste de esas medidas de seguridad.