Los cacereños se echaron ayer literalmente a la calle para ver la tradicional cabalgata de los Reyes Magos. A la ilusión infantil y al afán de atrapar cuantos más caramelos mejor, se sumaron este año la lluvia y alguna pancarta en la que se leía "Gaspar, hemos sido buenos", que prepararon los empleados de la ferretería Diosan a su rey favorito.

La cabalgata transcurrió con puntualidad británica y bajo una continúa llovizna. Las ocho carrozas que formaban el desfile cubrieron el itinerario desde el parque de bomberos hasta la plaza Mayor en dos horas y media, desde las seis y media hasta pasados unos minutos de las nueve.

Este año, como novedad, la comitiva estrenó trayecto por Nuevo Cáceres y Moctezuma, donde los vecinos le dispensaron también un masivo recibimiento. También destacó esta cabalgata 2008 por una de sus carrozas, dedicada a la población inmigrante de la capital y formada por una gran bola del mundo. Todas las carrozas han sido elaboradas en Cantabria con un inevitable toque Disney.

Tres mil caramelos dejaron reyes, pajes y demás comparsas en su recorrido por las calles de la ciudad, también como novedad aptos para celíacos. Este año había que calcular más los lanzamientos, puesto que se contaba con 7.000 caramelos menos que el año pasado, una de las medidas de ahorro impuestas por el ayuntamiento esta Navidad. Según informó la policía local, no se registraron incidentes destacados, aunque el cierre al tráfico del centro produjo pequeños atascos en calles adyacentes. Los Reyes ya están en Cáceres para sembrar la ciudad de regalos.