En Extremadura el primer trasplante hepático se realizó en el año 2007, más de dos décadas después de la primera intervención de este tipo realizada en España por los doctores Margarit y Jaurrieta en el Hospital de Bellvitge (1984). Sin embargo, el doctor Gerardo Blanco subraya que en apenas seis años esta unidad del Hospital Infanta Cristina (HIC) de Badajoz ha conseguido ponerse al mismo nivel de los restantes centros españoles

--Más de dos décadas después del primer trasplante de riñón en Extremadura, ¿qué balance puede hacerse de cómo han evolucionado los trasplantes y donaciones en estas dos décadas y media en la región?

--El trasplante renal está plenamente consolidado en nuestra región. En cuanto al trasplante hepático, que es mi área de trabajo, puedo decirle que se inició más tardíamente que el renal y tras unos años con un número más limitado de trasplantes, como ha ocurrido en la mayoría de centros en los inicios, se está consolidando con un crecimiento progresivo de la actividad. En lo relativo a donaciones es un área en la que se trabaja de forma continua para seguir concienciando a la sociedad de la importancia de un gesto generoso que salva vidas.

--¿Cuál es la situación actual de Extremadura en relación al resto de regiones españolas tanto en cifra de trasplantes como en nivel de las unidades y técnicas quirúrgicas?

--A Extremadura podemos decir que el trasplante hepático ha tardado más de 20 años en llegar desde el primero realizado en España. No obstante, gracias a la formación de profesionales en otros hospitales del país y de fuera y a la experiencia previa en otros centros de trasplante, podemos decir que el nivel es el mismo que en los restantes hospitales españoles. Además, el trasplante aporta a los equipos la capacidad de abordar patologías más complejas beneficiando a multitud de extremeños. Por ejemplo, en el caso del trasplante hepático, el mismo equipo realiza al año más de 200 intervenciones de páncreas, hígado o vías biliares que antes había que derivar a otros hospitales y que muchas de ellas ni siquiera llegaban a intervenirse. Incluso este beneficio no es sólo en técnica quirúrgica sino que el trasplante actúa como un motor de impulso para muchas especialidades: hepatólogos, anestesistas, intensivistas, laboratorio, enfermería... En fin, casi todo el hospital participa en un proceso tan complejo como son los trasplantes.

--¿Se sigue algún programa de formación en el Hospital Infanta Cristina para nuevos cirujanos especialistas que garanticen el relevo generacional?

--Los profesionales de los equipos de trasplante tienen un reciclaje de conocimientos continuo por lo cambiante que es este mundo y la gran ilusión y motivación por adquirir conocimientos que existe. El relevo generacional resulta complicado por la enorme dedicación que el trasplante exige y lo complejo a veces de encajar con la vida personal o familiar. No obstante, hay profesionales jóvenes con gran ilusión a los que se ofrece la posibilidad de hacer estancias en centros nacionales o internacionales con los que tenemos contacto para profundizar en la formación. Muchos de estos profesionales quizás no lleguen a formar parte de los equipos de trasplante por diversos motivos y más en un momento en que buen número de especialistas que terminan no encuentran salida laboral inmediata.

--¿Cuál debe ser el siguiente paso? ¿Será posible ver trasplantes de pulmón o corazón en la región a medio plazo?

--El siguiente paso siempre pasa por consolidar el punto en el que estamos, optimizando la donación en nuestra región con objeto de disminuir el tiempo de espera de los pacientes en lista de trasplante para que tengan menos mortalidad y menos complicaciones. En cuanto a otros trasplantes, en nuestro hospital los equipos de corazón y pulmón están cualificados como para llevar a cabo estos procedimientos con profesionales con experiencia en el campo del trasplante por su trayectoria. Corresponde a ellos evaluar la necesidad de estos trasplantes en nuestra comunidad y desde luego cuentan con nuestro apoyo si se estima adecuada su implantación.

--¿De qué manera está influyendo --si lo está haciendo de algún modo-- la crisis en el sistema de trasplantes?

--El trasplante en nuestro país es un área prioritaria, se trabaja en optimizar los procesos sin perder calidad y se ha fomentado la colaboración entre los equipos para que, por ejemplo, los desplazamientos para la obtención de órganos los haga el equipo más cercano al lugar de la donación siempre que sea posible.

--¿Están aumentando las listas de espera?

--No especialmente más en esta época que en otras. Las listas de espera tienen un comportamiento similar desde hace años dado que la limitación del trasplante es la disponibilidad de órganos para todos, lo que hace que debido a esta desproporción entre número de donantes y número de receptores se produzca desgraciadamente la tan dolorosa muerte en espera de un órgano que sigue sucediendo

--España se ha convertido en un referente mundial en la materia, ¿cuál es la clave?

--España es el pais que año tras año sigue siendo líder mundial en donantes por cada millón de habitantes. Esto se debe a, en primer lugar, la enorme generosidad de nuestra sociedad sin la cual no habría trasplantes. No podemos olvidar esto y no nos cansaremos de dar las gracias a aquellas familias que en un momento tremendamente doloroso deciden donar los órganos de su ser querido. En segundo, a una red de coordinadores envidiable que hace que en prácticamente todos los hospitales de España exista algún coordinador local que se encarga de detectar los donantes, hablar con las familias o coordinar los equipos a través de la Organización Nacional de Trasplantes. Y en tercero, y no menos importante, a la ilusión y dedicación de un gran número de profesionales que tienen disponibilidad las 24 horas de todos los días del año para desplazarse donde sea necesario y trabajar por un paciente que lo necesita.