Hasta ahora todo ciudadano tiene claro cómo mandar una carta o una postal, aunque sea de esas que nunca llegan. Basta con comprar el soporte (sobre o postal), pegarle el sello y depositarlo en el buzón. A partir de ahí, Correos se encarga de hacer llegar el envío al destinatario. Pero desde el pasado 1 de enero la empresa pública ha perdido su posición de monopolio. El Gobierno ha decidido iniciar la liberalización del sector a la iniciativa privada y cualquier compañía puede hacerse cargo de la gestión de cartas, telégrafos, paquetes y cualquier otro tipo de envíos. Esto obligará a mirar el matasellos para saber quién se ha encargado de realizar el servicio en los próximos años.

La nueva situación ha despertado la alarma entre los sindicatos. Según el decreto del Gobierno, para facilitar la apertura del sector, los operadores privados pueden utilizar la infraestructura de Correos para gestionar y distribuir sus envíos. Es decir, si alguien quiere remitir una carta a Eljas a través de una compañía privada y ésta no cuenta con la logística y los recursos necesarios, será la empresa pública la encargada de hacerlo, aunque el cliente pagará el servicio a la empresa privada y Correos recibirá una "módica compensación".

"Podría llegar a suponer la desaparición del servicio postal en los pueblos más pequeños y aislados y acabará con muchos puestos de trabajo", opina Mercedes Ramírez, responsable de la Sección Sindical de Correos de CCOO en Cáceres. Según explica, con este decreto las empresas privadas podrán ahorrarse grandes inversiones para cubrir el servicio en las zonas rurales y se centrarán en los principales núcleos de población, dónde se generan los beneficios del servicio postal. "Distribuir el correo por los pequeños municipios es caro y deficitario. A nuestros competidores no les interesará cubrir esas zonas y destinarán el dinero que se ahorran en este campo a reforzar su posición en las ciudades. Correos se verá obligado a mantener su esfuerzo en el ámbito rural, con pérdidas, y tendrá que luchar en desigualdad de condiciones con el resto de competidores", añade.

Unipost es la empresa privada con mejor posición en el mercado. Está especializada en la correspondencia empresarial, con unos 4.000 empleados y unos 500 millones de envíos al año. Dentro de Extremadura tiene delegaciones en Mérida y Badajoz, aunque para finales del 2009 espera poder cubrir el 100% del territorio nacional. Según reconocen, "todavía no hemos comenzado a gestionar correo particular", pero lo harán.

Los sindicatos insisten. Creen que puede producirse un corte de servicio a determinados municipios y que se reducirá el número de trabajadores de Correos en la región --ahora casi 1.500-- por falta de rentabilidad. Por ello, han pedido al Gobierno una reunión para suavizar el decreto y anuncian movilizaciones. Y avisan de que esto repercutirá en el bolsillo de la población: "Habrá cambios, porque seguramente los ciudadanos no dispondrán de un servicio tan eficaz y a un precio tan asequible como el que ofrece Correos".