La estrategia del Gobierno contra las drogas sigue focalizando esfuerzos en las sustancias legales. La delegada del Plan Nacional Sobre Drogas, Carmen Moya, subrayó ayer en Mérida la necesidad de incidir en los riesgos que para la salud y las relaciones sociales tienen el alcohol y el tabaco.

Tras la subida de impuestos del tabaco decretada por el Gobierno y que el Ministerio de Economía encuadró dentro de la estrategia para reducir el consumo de este producto, Moya reclamó mayores esfuerzos para afrontar los problemas generados por las drogas legales. Así, ante la permisividad social y normativa que tienen, subrayó el "papel preventivo y disuasorio que poseen la familia, el ámbito educativo, la sociedad y los medios de comunicación".

La delegada del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, que participó en la inauguración del XIII Congreso de la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente, también valoró los resultados de la última encuesta escolar sobre consumo de este tipo de sustancias. En este sentido, destacó en declaraciones a EFE que "por primera vez hay datos alentadores", como la caída del consumo de cocaína y de cannabis. Bajo su punto de vista esto demuestra que el trabajo que están realizando administraciones y otras organizaciones "va por el buen camino".

MAS BORRACHERAS No obstante, Moya también recordó que hay datos menos alentadores, como el incremento de la intensidad del consumo de alcohol --aunque baja el porcentaje de consumidores-- y que las "borracheras son más frecuentes".

Por su parte, la consejera de Sanidad y Consumo, María Jesús Mejuto, destacó la importancia que desde Extremadura se ha dado a las políticas sociales, entre ellas las drogodependencias.

La Unión de Asociaciones de Atención al Drogodependiente está integrada por 254 entidades sin ánimo de lucro del país, 13 de ellas de Extremadura. Entre los temas a tratar en este congreso, que termina mañana, están las políticas europeas sobre drogas.