La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró ayer que el Ejecutivo y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hicieron "todo lo que estaba en su mano" para advertir sobre los pagarés de Nueva Rumasa, grupo empresarial al que pertenece Carcesa. El regulador financiero español señaló en siete ocasiones durante los últimos dos años que los pagarés del grupo de la familia Ruiz-Mateos no estaban sujetos a su control, ya que su importe era superior a 50.000 euros y no cotizaban en mercado secundario alguno.

El grupo que preside José María Ruiz-Mateos ha revivido 28 años después la crisis que llevó al Gobierno socialista a intervenir la Rumasa originaria en febrero de 1983, aunque en esta ocasión han sido los propietarios quienes han pedido que diez compañías del conglomerado se declaren en preconcurso de acreedores para poder renegociar su deuda. Para financiarse, Nueva Rumasa realizó varias ampliaciones de capital y emisiones de pagarés corporativos, con los que llegó a captar a 5.000 inversores. Dos de estos últimos se han dirigido ya a la CNMV para informarse sobre el cobro de sus inversiones, en vista de la actual situación del grupo.

CRITICAS DEL PP Según la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, "operaciones del calibre de las efectuadas por Nueva Rumasa deberían haber sido objeto de una atención especial" por parte de las autoridades. En su opinión, si bien es verdad que la CNMV alertó sobre los pagarés, esta información "no siempre llega al pequeño inversor". De los 5.000 inversores que pusieron su dinero Nueva Rumasa, los primeros que lo recuperarán serán los que hayan suscrito pagarés con una garantía real, seguidos por los que compraron pagarés ordinarios y, por último, los que acudieron a las ampliaciones de capital.

Las diez compañías que se han acogido al procedimiento especial de la Ley Concursal que permite refinanciar la deuda para evitar la suspensión de pagos son Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Ibramer, Trapa, Carcesa, Quesería Menorquina y el club de fútbol del Rayo Vallecano.

Los empleados de estas empresas han manifestado su preocupación ante la situación de Nueva Rumasa, que engloba a más de 100 compañías y cuenta con 10.000 empleados en plantilla.