Han sido siete años muy duros para el municipio, nos hemos llevado muchos desengaños, pero ahora hay una gran expectación e ilusión en todo el pueblo». Con estas palabras resume el alcalde de Burguillos del Cerro, Manuel Lima, el anuncio de la reapertura de la que fuera una de las industrias más fructíferas de Extremadura: Grabasa (Granitos de Badajoz).

Esta empresa estuvo activa durante 35 años, llegó a tener una facturación de seis millones de euros anuales y más de 80 trabajadores en plantilla, pero en el 2012 entró en concurso de acreedores. Tras varias ofertas de compra fallidas, el pasado enero apareció el comprador definitivo, un empresario alemán de la firma Balke&Partner, que a finales de mayo terminó de depositar en el Juzgado Mercantil de Badajoz los 2,1 millones que ha pagado por la compra de la unidad productiva (una planta de 42.000 metros cuadrados y siete canteras de piedra) de Grabasa. Ahora ya en manos de la empresa Piedra, Cantera y Producción -de Balke and Partner- se acaban de dar a conocer los planes de futuro.

Ayer, uno de sus responsables, Markus W. Balke, aseguró en Burguillos -en una rueda de prensa junto al alcalde- que espera reactivar la actividad en el 2020. «Nos habíamos dado un plazo de tres meses, pero estamos viendo que va a ser imposible porque los trámites están siendo más lentos de lo que esperábamos», dijo. La idea es empezar retomando el trabajo que habitualmente se hacía en Grabasa antes de cerrar. «Con la misma maquinaria haciendo tableros y corte a medida». Producirán tableros de piedra de entre dos y cinco milímetros de espesor que se van a unir posteriormente a diferentes materiales, explicó el empresario acompañado por una traductora. Estos productos no estarán dirigidos solo al mercado español, sino que los planes pasan por abrirse «al mercado canadiense, a Estados Unidos y otros países de habla hispana». Y también por mejorar la tecnología en la planta.

De momento, no se habla de número de empleados. «Se comenzará con un número pequeño, siempre tirando de trabajadores con experiencia, y luego se irá adaptando la plantilla dependiendo de la demanda que vaya teniendo la industria», señaló el alcalde que ha acompañado al empresario alemán durante todo el proceso para «asesorar y facilitar dentro de nuestras posibilidades. Ha habido mucha gente trabajando en silencio y por fin se hace realidad lo que todos deseábamos. Esperamos que a principios de año se pueda hacer realidad la apertura».

Para Lima el futuro es esperanzador. «Con la reapertura de Grabasa se va a poder dinamizar no solo la economía de la comarca, sino de la región. Somos una población con bastantes parados y esto va a ser un revulsivo y va a permitir que nuestros jóvenes puedan quedarse en la localidad». El mandatario recordó que esta empresa ha sido puntera «tanto a nivel regional como también nacional e internacional» y que ha pasado por momentos «muy duros» en los últimos años. «El cierre fue un palo muy grande para sus trabajadores y para toda la población».