Guillermo Vázquez Bautista, integrante del comando de los Grapo que, entre otros asesinatos, mató a dos guardias civiles en un atentado contra la Delegación de Hacienda de Gijón en 1989, ha abandonado hoy el Centro Penitenciario de Badajoz.

La salida de Vázquez Bautista se produce después de que la Audiencia Nacional haya acordado hoy excarcelar a otros nueve etarras y a tres grapos en cumplimiento de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que anuló la retroactividad de la doctrina Parot, de forma que son ya 36 los miembros de ETA y cinco los del Grapo puestos en libertad desde que se notificó el fallo de la Corte europea.

Vázquez Bautista ha salido del Centro Penitenciario a las 18:00 horas vestido con unos pantalones vaqueros y una sudadera y portando dos mochilas y una televisión que transportaba en una caja de cartón.

Dos mujeres le esperaban a la salida de la prisión con un turismo, al que se han subido rápidamente para abandonar el lugar.

Guillermo Vázquez Bautista, alias El negro, era integrante del Grapo y en el atentado contra la Delegación de Hacienda de Gijón, asesinó a Isaac Rodrigo Ranilla, de 46 años y natural de Zamora, y a José María Sánchez Melero, de 38 años y nacido en la localidad asturiana de Pane.

Los hechos ocurrieron el 28 de diciembre de 1989, cuando el exdirigente de los Grapo Fernando Silva Sande, junto a Guillermo Vázquez Bautista, María Jesús Romero y la fallecida Isabel Santamaría del Pino, se dirigieron a la Delegación de Hacienda de Gijón, adonde accedieron Silva Sande y Vázquez portando una pistola y un revólver, respectivamente.

Un vez dentro del edificio, se acercaron a la cabina de seguridad donde se encontraban prestando servicio los guardias civiles Isaac Rodrigo Ranilla y José María Sánchez Melero, y Silva Sande "empuñó el arma con las dos manos y efectuó contra ellos varios disparos", que alcanzaron a los agentes por la espalda y de lado.

Tras caer al suelo, según la sentencia del Tribunal Supremo, Vázquez les disparó varias veces "para rematar su acción mortal", tras lo que arrebató la pistola reglamentaria a uno de los agentes, que murieron como consecuencia de los impactos.

El 12 de enero de 1990, los Grapo reivindicaron este atentado a través de una carta dirigida a los medios de prensa que fue publicada en el diario Egin.

El asesinato de los dos guardias civiles fue considerado como el primer atentado de esta banda terrorista en Asturias.