La gripe aún no está aquí. No es que no se hayan registrado casos; los ha habido desde octubre, sueltos, con una tasa por encima de los 35 por 100.000 habitantes y una estimación de unos 1.700 casos ya en la región. Pero la incidencia está todavía muy por debajo del umbral epidémico (88 casos por 100.000 habitantes) y eso indica que la enfermedad no ha llegado.

El invierno cálido ha contribuido a que sea así, aunque desde el servicio que vigila el desarrollo de esta enfermedad en la región advierten de que el primer pico podría iniciarse a partir de la próxima semana, con el aliado de los primeros días de frío y humedad que se están registrando a finales de diciembre. "Se prevé una gripe normal, no hay nada que nos indique que va a ser de otro modo", señala Mauro Ramos, subdirector del servicio de Epidemiología del SES y responsable del Sistema Centinela de la Gripe que sigue el rastro a la enfermedad en la región. El tiempo ha sido por el momento aliado contra la propagación este invierno: cuanto más frío y más húmedo, más fácil se transmite el virus, por lo que el invierno templado que ha hecho hasta ahora no ha dado alas a la gripe.

El incremento de casos al que apuntan en los próximos días (tras las primeras jornadas con más frío y algo de lluvia) previsiblemente aún estará alejado de la tasa límite de 88 casos por 100.000 habitantes, aunque de continuar el frío sí llegará algo más adelante.

Una temporada "normal" de gripe supone para el servicio de epidemiología terminar la campaña con entre 30.000 y 40.000 casos y en torno a un centenar de ingresos hospitalarios asociados a la enfermedad, aunque estas cifras siempre están condicionadas "por las vacunaciones" que se hayan producido y por que la composición de la vacuna sea "la adecuada para el virus que circule".

EN DESCENSO Desde el SES advierten una relajación en la percepción del riesgo de la enfermedad que redunda en las campañas de vacunaciones, en caída libre desde hace casi una década pero especialmente en los últimos cinco años (desde la famosa pandemia de la gripe A del 2009). Desde el 2004, las vacunaciones han caído en más de 20 puntos en la región, pasando de 80% de cobertura que se alcanzó ese año entre los mayores de 65 años (el grupo de población que se toma como referencia) al 57% que hubo en la pasada campaña. Los datos de este año no están todavía disponibles --la campaña principal terminó el 30 de noviembre, pero hasta el mes de marzo los centros de salud disponen de la vacuna para administrarla cuando sea necesario-- aunque parecen apuntar también a la baja, a pesar de que la Junta adquirió este año 215.000 vacunas para la gripe. Esa tendencia se registra en el resto de España, aunque la situación varía de unas a otras zonas de salud.

La vacuna está recomendada para todos los grupos de población, aunque hay algunos se consideran prioritarios: personas con 60 años o más y especialmente si viven en residencias o si tienen factores de riesgo; sanitarios o cuidadores, que por su trabajo pueden transmitir la gripe a personas con riesgo de presentar complicaciones y todos aquellos que por su ocupación, prestan servicios esenciales para la comunidad, como policías, bomberos, personal de protección civil, o docentes.