La dirección de la nueva entidad creada mediante fusión fría en la que participan Caja Extremadura, Cajastur, Caja Cantabria y la CAM levantina prevé reducir en 2.000 el número de empleados (tienen en nómina 14.000) y cerrar 400 oficinas (el grupo cuenta con 2.300 sucursales), lo que supera las expectativas iniciales del plan de integración presentado ante el Banco de España para disminuir los costes laborales un 12%, lo que llevaba aparejado prescindir de 1.600 empleados.

Esta fue, según Miguel Angel Rodríguez, representante del Csica en la entidad extremeña, la comunicación realizada por los gestores designados por la dirección de las cuatro cajas a los representantes sindicales durante la reunión de la mesa negociadora mantenida ayer en Madrid.

En dicho encuentro se expuso a los representantes de los trabajadores las razones que han impulsado a las cuatro entidades financieras a constituir un Sistema Institucional de Protección (SIP), si bien, según Rodríguez, lo más importante que les transmitieron fue la intención de reducir de 14.000 a 12.000 el número de empleados, "aunque no nos han aclarado qué criterios se emplearán para echar a tanta gente a la calle".

Los sindicatos también se muestran sorprendidos por lo abultado del número de oficinas que se prevé cerrar, "casi el doble de las que tiene Caja Extremadura", y porque el único criterio que se va a utilizar para clausurarlas es la ratio de eficiencia, "con independencia --según Rodríguez-- de que tengan pérdidas o no".

La dirección ha pedido a los representantes sindicales que presenten una propuesta de mínimos para continuar negociando, algo que estudiarán conjuntamente el próximo lunes para presentársela a los negociadores el martes, fecha de la próxima reunión.

Para el representante de Csica, hay muchas posibilidades de que antes de las asambleas generales que las cuatro cajas celebrarán dentro de dos semanas para ratificar el acuerdo, no haya habido entendimiento entre dirección y sindicatos.

A la reunión de ayer no acudieron los reprentantes de la CAM por estar en desacuerdo con la proporcionalidad que se le asigna en la mesa negociadora.